En algún momento de nuestras vidas, todos nos hemos visto envueltos en una discusión. Muchas veces, no nos damos cuenta de cómo llegamos a ese punto, y por lo tanto no sabemos cómo terminarla y dar por concluido el asunto. Sin embargo, estos seis consejos te ayudarán no solo a terminar una discusión satisfactoriamente, sino a no dañar tu relación con los demás.
Puede sonar irónico pedir que se mantenga la calma en medio de una acalorada discusión, pero Proverbios 15:1 dice que:
La respuesta amable calma el enojo; la respuesta grosera lo enciende más.
(TLA)
Así que, respira profundamente y controla tus palabras. Explica cómo te sientes en vez de acusar, y así harás que la otra persona entienda tu punto de vista. También debes controlar el volumen de tu voz para que la otra persona entienda que deseas terminar con la contienda.
La humildad es algo que todos debemos practicar, y hacerlo en medio de una discusión es una buena manera de ponerla en acción. Todos no equivocamos, por lo tanto, debemos reconocer que hemos fallado.
En un conflicto, no dejes que tu orgullo hable por ti. Debes admitir los errores que cometiste y estar dispuesto a enmendarlos. Incluso si no fue tu culpa, es bueno disculparse por cualquier acción que haya generado un problema, directa o indirectamente (Proverbios 13:10).
Si una discusión está finalizando en buenos términos, no traigas a memoria hechos pasados. En vez de arreglar las cosas, causarás más disgusto. 2 Timoteo 2:23-24 dice:
No tengas nada que ver con discusiones tontas e inútiles porque, como bien sabes, sólo conducen a peleas. Un siervo del Señor no debe pelear, sino que debe ser amable con todos, ser un buen maestro y tener mucha paciencia.
(PDT)
Así que, cuida no agrandar el problema y delibera un asunto a la vez.
La verdad en ocasiones duele, pero recurrir a mentiras con tal de aplacar a la otra persona, sólo hará que la discusión caiga en un círculo vicioso. Colosenses 3:9-10 dice:
Ni se mientan unos a otros, porque ustedes ya han dejado la vida de pecado y ahora viven de manera diferente. En realidad, ustedes son personas nuevas, que cada vez se parecen más a Dios, su creador, y cada vez lo conocen mejor.
(TLA)
Por lo tanto, debemos siempre decir la verdad sabiamente, de modo que no lastimemos a los demás, pero tampoco disfracemos la verdad con mentiras.
Una manera fácil y sencilla de aplacar una discusión es mencionar una frase al azar que no esté en lo absoluto relacionado con el tema tratado. De esta manera, distraerás la atención de la otra persona y olvidarán rápidamente el motivo por el cual estaban debatiendo.
Si en un momento de enojo, quisiste prometer vengarte de la otra persona, y de esta manera terminar la discusión; recuerda que Ese no es tu rol (Romanos 12:19). En vez de asegurar algún tipo de represalia, promete olvidar el asunto y perdonar. Debemos practicar lo que dice Colosenses 3:13:
Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros.
(NTV)
Y así cambiar una situación mala y convertirla en una gran lección de vida para nosotros y los demás.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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