Es natural que cuando vemos a alguien que sufre queramos decirle frases de aliento y apoyo; pero a veces, lo que sale de nuestra boca termina hiriendo más y generando distancia en la relación.
Antes de ser la causa de sufrimiento, debemos cuidar nuestra boca y evitar el uso de frases que sean condescendientes.
Si una persona pudiera simplemente superar su dolor, todos lo haríamos. Sin embargo, el duelo es un proceso y toma un tiempo.
Por más que queramos que alguien sea feliz, no podemos empujarles con nuestras palabras; más bien, al decirle que lo supere estamos minimizando su dolor.
Decirle a alguien que sufre que su dolor no es importante es añadir más aflicción a lo que ya siente. Por eso, usar esa frase en un momento difícil es insensible.
Además, demuestra que no estamos pensando en que tal vez en el futuro nosotros tengamos que pasar por problema que también nos haga sentir como que es el fin del mundo. En ese caso, tampoco nos gustará que nos digan lo mismo, así que no debemos hacerlo con otros.
Aunque las sugerencias sobre cómo superar el dolor pueden parecer buenas, en realidad pueden parecer un acto que invalida el dolor ajeno.
Antes de hacer presentar una solución que parece rápida, pregunta si es el momento ideal para hacerlo. Si no lo es, espera que esa persona te lo indique.
A veces creemos que dando ejemplos de situaciones peores que les pasan a otros haremos que una persona sienta alivio porque no le pasó lo mismo. Y aunque puede que esto funcione con algunos, no es igual con el resto; así que es mejor refrenarse de hacer comparaciones.
Hablar del pasado nunca trae ningún aporte. Y mucho menos si es que hablas de lo que tú hubieras hecho en su lugar. Por esa razón, nunca hagas comentarios acerca del pasado o de lo que hubiera sucedido si se hubiese tomado otra decisión.
Alguien que sufre está propenso a pensar que lo que su dolor es por su culpa. Si a eso añades más angustia, no harás que lo supere, sino que se encierre en sí mismo y no acepte ayuda.
Por más que lo que haya sucedido sea su culpa, evita hablar del tema y deja que exprese sus emociones del momento. Podrán hablar de responsabilidad y de cómo solucionar el problema, una vez que la persona esté más tranquila.
Al igual que con la frase anterior, es probable que la persona que sufre ya esté pensando que está en esa condición por su culpa; puede que crea que no se esforzó lo suficiente y que ni siquiera tiene las fuerzas para salir de su dolor. Decirle que no hizo un buen trabajo es añadir más peso de culpabilidad.
Si realmente quieres ayudar a esa persona, evita decir esta frase.
Cuando alguien llora o expresa sus sentimientos en voz alta, es probable que lo haga porque no puede contenerlo en su interior. Por lo que, decirle que se calme no logrará nada. Esta frase no es de ayuda y no debemos usarla en esta situación.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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