Pasamos bastante tiempo en internet. En parte se puede deber al trabajo; pero muchas veces solo estamos pasando el tiempo. Nos ponemos retos, al igual que con las dietas, de navegar solo por unos minutos, al menos en cosas que no son de trabajo. Pero fallamos.
A menudo pareciera como si la fuerza de voluntad no existiera. Esto es porque durante momentos de estrés, cuando tenemos hambre, estamos de mal humor o nos sentimos solos o cansados, tendemos a caer en hábitos que no son saludables.
Los malos hábitos nacen del deseo de querer sentirnos bien. Sin embargo, como nuestro cerebro aprende a ser recompensado por el buen comportamiento, es posible cambiar esos hábitos.
Secretos para deshacerte de tus malos hábitos
1 Para construir buenos hábitos tienes que hacer que tu sistema mental trabaje a favor tuyo y no en contra. Hay algunas maneras de incentivar tu mente a ver los retos más fáciles de lo que son y por tanto, a ayudarte a lograr tus metas. Una es, por ejemplo, si vas a ejercitarte, ponerte una distancia determinada para comenzar o un tiempo específico que sea corto.
2 Repite los nuevos hábitos el tiempo suficiente hasta que se hagan automáticamente. Si haces lo mismo durante 21 días, ya se convierte en hábito. ¡Tres semanas! Tan solo tres semanas. Si vas tachando los días en un calendario, lo lograrás más fácilmente.
3 Sé creativo con lo que te propones. Por ejemplo, si tu meta es hidratarte más, cambia tu forma de tomar agua. Añádele fresas en rodajitas, otro día ruedas de limón, en otra ocasión unos palitos de canela. Hacer estos cambios simples hará que bebas más agua durante el día.
4 Aléjate de la tentación. Por ejemplo, si tienes el hábito de comer muchos dulces, no los tengas a la vista. Si están en tu trabajo, prueba pegar el recorte de un artículo donde lo puedas leer, acerca de los daños que hace el azúcar a tu organismo. ¡Te hará ver que los dulces son como venenos para nuestro cuerpo!
5 Toma medidas drásticas. Si tienes el mal hábito de comer tus uñas, colócate en los dedos un líquido que sepa feo. Puedes ponerte de castigo no disfrutar algo que te gusta si te muerdes las uñas. También puedes recompensarte por cada día que no lo hagas.
Sustituye tu mal hábito por uno bueno. Registra cuándo empezaste y cómo te fue cada día hasta llegar a los 21 días. ¡No te rindas!
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.