La vida es un círculo en constante movimiento donde día a día se deben tomar múltiples decisiones que nos pueden llevar al camino que siempre hemos anhelado y por el cual Dios nos quiere mantener. En otras ocasiones esas decisiones nos llevan a caminos errados donde a largo plazo tal vez nos estemos lamentando.
Es normal soñar y hacerlo en grande hace parte de nuestra humanidad, no está mal hacerlo y no está mal creer que podemos lograrlo; pero ¿sabes? tengo que decirte que el camino no siempre será fácil.
Muchas veces tropezamos con la misma piedra que nos hace caer y fallar en lo que anhelamos para el futuro; muchas veces nos vemos limitados porque creemos que nuestros talentos y dones no son lo suficiente como para alcanzar tal objetivo; en ocasiones, nuestros pensamientos destructivos solo quieren venir a gobernarnos para detener el llamado de Dios en nuestras vidas; y muchas veces tan solo queremos callar la voz del mundo por un momento para no cargar con aquellos prejuicios y estereotipos equivocados que nos llevan a un sendero sombrío.
El camino por el cual hoy decides andar es aquel que siempre anhelaste en tu corazón. No se trata de una casualidad sino de una decisión que te llevó en la dirección correcta o incorrecta para ti, es por eso que la toma de decisiones en nuestra vida deben ir muy ligada al propósito que tiene Dios con nosotros.
Consejos para seguir el camino correcto
Hoy quiero que tengas presente estos sencillos pasos para que tu camino no sea tan complicado de llevar; y aunque atravieses por valles un poco oscuros, allí logres comprender que eso también hace parte del plan para llegar a la meta final.
Para seguir el camino correcto puedes:
- Encontrar lo que realmente llena tu corazón, tu servicio a Dios, tu familia, tus estudios o las ayudas sociales que enriquecen tu espíritu.
- Poner límites en tu vida, esto te servirá para que logres aprender a decir no aunque duela pero que sabes es necesario para evitar contratiempos
- Necesitas valor y confianza en ti mismo, no solo es verte bien en el espejo, sino sentirte bien con la persona en la que realmente tu te has convertido, es creer que tus decisiones, tus pensamientos y tus acciones.
Recuerda que muchas veces no estaremos preparados, pero si nuestro piloto de vuelo es Jesús las turbulencias ni siquiera se sentirán.
Si haces las cosas bien nunca te arrepentirás de seguir el camino correcto.
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