¿Te ha pasado que, por más que tienes todo preparado, temes que tu audiencia no te preste atención? Es un temor natural, y en muchos casos, es un miedo fundado; pero eso no quiere decir que sea una situación sin remedio.
Si quieres aprender como no aburrir a los jóvenes cuando predicas, presta atención a los siguientes consejos. Ya sea que seas líder o sea tu primera vez hablando frente a un público, las siguientes sugerencias te ayudarán a conectarte con tu audiencia y hacer que ellos entiendan lo que quieres comunicar.
Cómo no aburrir a los jóvenes cuando predicas
1. Actualiza tu lenguaje
Los jóvenes no siempre entienden las palabras que usamos en la iglesia o que se emplean en la Biblia Reina Valera. Utilizar esa terminología no hace que el mensaje sea más espiritual: hace que sea incomprensible. Y la idea de hablarles a los jóvenes es que ellos entiendan, analicen y pongan en práctica lo que se les enseña.
Si no quieres aburrir a los jóvenes, usa palabras sencillas y fáciles de comprender. Hablar su lenguaje te conectará en un nivel mucho más personal con ellos; además, hará que reciban el mensaje adecuadamente. Esto no significa que debes hablar groserías, sino palabras de uso común.
2. Cuenta historias
Hay una razón por la que las personas siguen viendo películas y series: las historias. Y es que las historias nos conectan a un nivel emocional porque nos sentimos identificados con ellas o entendemos la situación por la que pasan por personajes. Jesús mismo las incluyó en sus enseñanzas, y eso le permitió ilustrar su mensaje.
Puedes hacer uso de esta estrategia al implementar anécdotas que se relacionen con el tema que estás hablando. Recuerda que no significa contar los problemas íntimos de otros, ni exponer las vivencias de la gente, sino hacerles ver que todos somos humanos y pasamos por las mismas experiencias.
3. Añade humor
Si bien enseñar a los jóvenes no implica dar un show de comedia, sí se debe implementar humor. Es un hecho comprobado que nos agrada la gente que nos hace reír; y si puedes añadir humor a tus prédicas, te darás cuenta que la atención de tu audiencia estará fija en ti.
No aburrir a los jóvenes no quiere decir ser un payaso o hacer el ridículo, sino llevar una sonrisa a sus rostros y aliviar la tensión.
4. Piensa en su capacidad de atención
Internet nos ofrece todo de inmediato, y esa es la generación a la que tienes que alcanzar. Y aunque no puedes competir con la velocidad de internet, sí que puedes una buena prédica en poco tiempo.
Algunos creen que hablar mucho es un sinónimo de un mensaje efectivo, pero es un pensamiento erróneo. Se puede hablar por horas y no decir nada; además, una prédica de dos horas no garantiza que la audiencia haya prestado atención durante todo ese tiempo.
Ten presente que la capacidad de atención de un joven es muy breve; así que prepara tu mensaje con los puntos clave y enfócate en ellos. Si divagas en otros temas, al final nadie entenderá lo que quisiste decir.
5. Desafíalos en vez de recriminarlos
Los jóvenes están propensos a cometer errores porque no tienen la experiencia de vida que un adulto ha ganado por los años. Queremos evitar que cometan esas fallas, pero la mejor manera no es recriminándolos.
Estudios han demostrado que los adolescentes en especial no miden los riesgos y consecuencias: si ven un desafío, lo hacen y ya. Aunque esto lleva al desastre en la mayoría de casos, también se puede usar para el bien.
En vez de molestarlos o sermonearlos, ponles un reto que puedan cumplir. Desafíalos a ejercitar sus capacidades y a poner en uso sus talentos. Verás que se obtienen mejores resultados.
6. Inclúyelos en la enseñanza
Por más que el mensaje sea bueno, importa la forma y el contexto en que se dice. Muchos jóvenes pueden ignorar lo que se dice desde un estrado o púlpito; pero no pasan por alto aquello que se siente cercano. Teniendo esto en cuenta, una forma de no aburrir a los jóvenes es involucrándolos en la enseñanza.
Haz preguntas. No en forma de ataque o cuestionario, sino para que expresen su opinión. Déjales que compartan sus conocimientos, cuenten sus experiencias o hagan preguntas sobre el tema. Si puedes, cambia el método y organiza debates, exposiciones, etc. Esto ayudará a que se sientan más involucrados en el tema y se interesen.
7. Cree (y practica) lo que enseñas
Si tienes una pasión natural por lo que dices, los jóvenes lo notarán. Pero si no tienes un interés real ni crees en lo que enseñas, entonces quedarás como un hipócrita.
Los jóvenes tienen un don natural para detectar si una persona vive y cree lo que predica. Si tus palabras no van acorde a tus acciones, nada de lo que digas surtirá efecto. Por eso, acompaña tus prédicas con ejemplos reales que los demás vean en tu vida. Nadie podrá refutarte nada si ven que tu vida es un ejemplo.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.