Mucho se habla de los devocionales, pero no todos saben cómo hacer un devocional diario para crecer en su fe. Por eso, en este artículo encontrarás consejos que te ayudarán a tener un momento de comunicación especial con Dios.
Antes de comenzar, es vital que sepas por qué es importante que tengas un tiempo especial con Dios, y para eso te recomendamos leer este artículo: ¿Qué es un devocional y para qué sirve?
Ahora que sabes que tu tiempo con Dios es vital para tu crecimiento espiritual, presta atención a los siguientes consejos.
¿Cómo hacer un devocional diario?
Separa un tiempo especial
¿Te imaginas cómo sería una relación amorosa si es que la pareja no hablara ni pasara tiempo juntos? ¡No existiría! De igual forma, no podemos tener una relación personal con Jesús si es que no pasamos tiempo con Él.
Para hacer un devocional diario debes tener un momento especial para ese fin. Selecciona unos minutos de tu día, dependiendo de tus actividades, y concéntrate.
Algunos dicen que lo ideal es hacer el devocional por la mañana, porque es mejor comenzar el día en comunión con Dios. Si quieres hacerlo, duerme un poco más temprano que de costumbre y así te despertarás minutos antes. Tal vez al principio te cueste el cambio en la rutina, pero con la práctica se convertirá en un hábito.
No olvides incorporar horarios flexibles para que hagas tu devocional cuando no puedas hacerlo a la hora de siempre. Recuerda que el devocional no es un ritual, sino un tiempo para hablar con Dios y escucharlo.
Aléjate de las distracciones
Escoge un lugar separado en donde no te interrumpan. Puedes elegir tu habitación o cualquier lugar que te dé la privacidad que necesitas.
Piensa en tu devocional como un momento íntimo con Dios en donde debes darle toda tu atención. Teniendo eso en cuenta, debes deshacerte de las distracciones.
Por ejemplo, si usas tu Biblia en el celular, procura usar una en físico para tu tiempo devocional. El celular puede ser una fuente de distracción porque revisas tus notificaciones y otras cosas que no están relacionadas con tu tiempo con Jesús. Por esa razón, trata de que ese momento esté libre de cualquier influencia que te desconcentre de tu propósito.
Comienza con una oración
Comienza con una breve oración para pedirle a Dios que te ayude a concentrarte en lo que vas a hacer. También debes pedirle que te hable por medio de Su Palabra y que abra tu corazón para que seas receptivo a lo que tiene que decirte.
Lee la Biblia
Hay muchos planes de lectura que pueden ayudarte a leer la Biblia. Si deseas puedes comprar un libro devocional que tiene lecturas específicas por día. También puedes suscribirte a nuestros devocionales gratuitos y recibir inspiración diaria.
Una vez que tengas el pasaje bíblico, léelo meditando en lo que lees. Recuerda que no es una competencia de lectura, sino que importa cuánto aprendes.
Reflexiona en la lectura
Leer la Biblia te dará mucho en qué pensar, así que es una buena idea tener materiales de ayuda a la mano. Puedes tener un cuaderno, resaltadores, libros de consulta, etc. Cuando encuentres alguna parte que llame tu atención y sientas que te toca el corazón, apúntalo y también escribe tus reflexiones al respecto.
Ten presente que tu momento de meditación en la Palabra de Dios es para que lo interiorices en tu interior.
Haz una oración
A diferencia de la primera oración, esta es más larga porque tiene el propósito de seguir el modelo de oración que Jesús dejó en Mateo 6:9-13. En él, Jesús nos enseñó que orar no solo es pedir, sino que también implica adorar, agradecer y confesar. Por eso, cuando ores, recuerda que tu oración debe incluir los siguientes momentos:
- Adoración: Es reconocer las virtudes y poder de Dios.
- Confesión: Significa reconocer nuestras faltas, arrepentirnos por esos malos actos, pedir perdón y no volver a hacer el mal.
- Agradecimiento: Implica reconocer todo lo que nos toca vivir, lo bueno y malo. También es un tiempo para mostrar gratitud por cada cosa que Dios hace en nuestras vidas.
- Súplica: Es el momento en el que presentamos con humildad nuestras peticiones a Dios, sin olvidar pedir por Su voluntad ante todo.
Si te resulta más fácil, puedes tener una lista de oración, y así no olvidarás los motivos por los cuales debes orar.
Recuerda y aplica lo aprendido
Ten presente lo que Dios te dijo por medio de Su Palabra y practícalo durante el día. De nada vale leer sobre la humildad de Jesús, si es que nosotros no lo aplicamos en nuestras vidas. A veces puede ser difícil, sobre todo cuando hay situaciones que prueban nuestro carácter, pero el Espíritu Santo está allí para ayudarnos y recordarnos la verdad de Cristo.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ. El presente se escribió en su totalidad por un ser humano, sin uso de ChatGPT o alguna otra herramienta de inteligencia artificial.