En estos tiempos existe una idea casi romántica del corazón; no es raro escuchar el consejo: «Sigue a tu corazón», como si obedecer a tu corazón fuese la mejor salida. Aunque esta ideología es muy popular y hasta algunos cristianos la aceptan, en la Biblia se nos dice lo contrario.
Las Sagradas Escrituras nos ofrecen una perspectiva diferente sobre este punto. Es importante conocer lo que nos dice, ya que de esa manera podemos guardar nuestro corazón, tal como dice Proverbios 21:2.
No debes obedecer a tu corazón porque…
Es engañoso
El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?
Jeremías 17:9 (NTV)
La ideología moderna nos dice que podemos confiar en nuestro corazón y tomar decisiones en base a él porque siempre tiene la razón. Sin embargo, la Biblia nos dice que este es engañoso.
Quizá la peor parte de la mentira es que podemos engañar a todos, incluso a nosotros mismos; por lo que no podemos poner nuestra confianza ciega en nuestro corazón.
Jeremías 17:10 dice:
Pero yo, el Señor, investigo todos los corazones y examino las intenciones secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones.
(NTV)
Si bien Dios puede cambiarnos, una vez que le invitamos a nuestra vida debemos guiarnos por lo que Él nos dice y no por nuestro corazón. La travesía del cristiano no termina en cuanto aceptamos a Jesús en el corazón, ¡allí comienza! Cada día debemos aferrarnos de Dios y pedirle que nos examine, ya que si creemos que estamos firmes, quizá podemos caer (1 Corintios 10:12).
Allí se origina el mal
Y entonces agregó: «Es lo que sale de su interior lo que los contamina. Pues de adentro, del corazón de la persona, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, el robo, el asesinato, el adulterio, la avaricia, la perversidad, el engaño, los deseos sensuales, la envidia, la calumnia, el orgullo y la necedad. Todas esas vilezas provienen de adentro; esas son las que los contaminan».
Marcos 7:20-23 (NTV)
Jesús explicó a sus discípulos que todas las acciones tienen su origen en el interior del ser humano. Nadie hace algo por algún mandato externo, sino porque le nace del corazón. Y, lamentablemente, el corazón puede originar la maldad.
Es por esta razón que Jesús nos envió al Espíritu Santo como guía, para que escuchemos y sigamos Su dirección en lugar de nuestro propio camino. Nuestro deseo puede llevarnos a desear el mal; pero el Espíritu Santo es quien nos convence de hacer el bien y seguir los preceptos de Dios.
Puede hacerte creer que estás haciendo el bien
La gente puede considerarse en lo correcto según su propia opinión, pero el Señor examina el corazón.
Proverbios 21:2 (NTV)
En estos tiempos, la verdad se ha vuelto casi personal: Si crees que eres algo, entonces es cierto. Pero la Biblia nos dice que solo Jesús es el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6); nuestra identidad y la verdad tienen base en Dios y en nadie más.
Esto significa que nuestro corazón puede decirnos que hagamos algo y que está bien; sin embargo, si la Biblia dice que está mal, entonces debemos obedecer lo que dice la Palabra de Dios.
Las Sagradas Escrituras nos han mostrado que obedecer a Dios tiene su recompensa; por lo que no debemos dudar y escuchar Su voz en lugar de la de nuestro corazón.
Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida.
Proverbios 21:2 (NTV)