En el corazón del cristianismo encontramos el mandato de compartir la fe con otros, pero ¿te has preguntado cuál es tu motivación para compartir tu fe?
Este imperativo nos lleva a reflexionar sobre una pregunta fundamental: ¿cuál es nuestra motivación para compartir nuestra fe en Jesucristo? Exploremos juntos este cuestionamiento y las respuestas que pueden encontrarse en la Biblia y en la experiencia de otros creyentes.
Compartir nuestra fe es imperativo
Antes de abordar la motivación detrás de compartir nuestra fe, es importante recordar que este acto es una parte esencial de la vida cristiana. En Mateo 28:19-20 Jesús da instrucciones claras a sus discípulos:
Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos.
(NTV)
Este mandato nos llama a compartir la fe con el propósito de hacer discípulos y llevar a otros a conocer a Cristo.
Motivación #1: Obediencia a la voluntad de Dios
La primera y más fundamental motivación para compartir nuestra fe en Jesús es la obediencia a la voluntad de Dios. Creemos que Dios nos ha encomendado la tarea de ser portadores de su mensaje de amor y salvación. Al obedecer este mandato expresamos nuestro amor y devoción a Dios. En Juan 14:15 Jesús dice: «Si me aman, obedezcan mis mandamientos» (NTV). Compartir nuestra fe es una forma concreta de demostrar nuestro amor por Él.
Motivación #2: Compasión por las almas perdidas
Otra motivación poderosa para compartir nuestra fe es la compasión por las almas perdidas. Creemos que sin Cristo las personas están perdidas y separadas de Dios. Esta realidad puede ser desgarradora y la compasión nos impulsa a compartir la esperanza que encontramos en Jesús.
En Mateo 9:36 leemos que Jesús «cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor» (NTV). Siguiendo el ejemplo de Jesús, compartimos nuestra fe para ofrecer dirección y salvación a aquellos que están perdidos.
Motivación #3: Gratitud por la gracia de Dios
La gratitud por la gracia de Dios es otra motivación que impulsa a los creyentes a compartir su fe. Comprendemos que hemos sido perdonados y redimidos a través del sacrificio de Jesús en la cruz. Esta comprensión de la gracia de Dios nos llena de gratitud y nos lleva a desear que otros también experimenten esta gracia transformadora.
En Efesios 2:8-9 se nos recuerda que «Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo». Compartir nuestra fe en Jesús es una respuesta natural a la gracia inmerecida que hemos recibido.
Motivación #4: Amor por el prójimo
El amor por el prójimo es una motivación central para compartir nuestra fe. Jesús enseñó que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos y compartir la fe es una expresión tangible de este amor.
En Marcos 12:31 Jesús dice:
El segundo es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Ningún otro mandamiento es más importante que estos.
(NTV)
Compartir nuestra fe es una forma de amar a nuestros semejantes y buscar su bienestar eterno.
Motivación #5: La esperanza de transformación
Nuestra motivación para compartir nuestra fe en Jesús también se encuentra en la esperanza de transformación. Creemos que la fe en Jesucristo tiene el poder de transformar vidas, sanar heridas y restaurar relaciones rotas. Esta esperanza nos lleva a compartir nuestra fe con la convicción de que Dios puede hacer maravillas en la vida de aquellos a quienes compartimos el Evangelio.
¿Una motivación que transforma vidas?
La motivación para compartir la fe en Jesucristo es multifacética y profundamente arraigada en la enseñanza de la Biblia y en la experiencia cristiana.
Al obedecer el mandato de Dios, expresar compasión por las almas perdidas, mostrar gratitud por Su gracia, amar al prójimo y creer en el poder transformador del Evangelio; nosotros, los creyentes, encontramos razones poderosas y significativas para compartir nuestra fe. Al hacerlo buscamos llevar la luz de Cristo a un mundo necesitado de esperanza, salvación y libertad… verdadera libertad.
¿Te atreves a compartir tu fe en Jesús?
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