A la hora de elaborar contenido cristiano, es crucial considerar la motivación que nos impulsa. ¿Cuál es nuestro propósito al hacer este contenido? ¿Buscamos equipar a los cristianos? ¿O quizá queremos comunicarnos con aquellos que no comparten nuestra fe? Reflexionando sobre estas preguntas podemos identificar los 5 errores más comunes al crear contenido cristiano.
1. Intentar ser otros
Cada uno de nosotros fue creado con una voz única y una identidad singular. Eso significa que si intentamos imitar a otros, estamos desaprovechando nuestro regalo. Siendo conscientes de nuestra singularidad, podemos comunicar de manera auténtica. Salmos 139:14 nos recuerda:
«Te alabo porque soy una creación admirable.»
2. No conocer tu público
Es esencial comprender a quién dirigimos nuestro mensaje. Ya que, si desconocemos a nuestro público, corremos el riesgo de no conectar con ellos de manera significativa. Por lo tanto, conocer a nuestra audiencia nos permite adaptar nuestro contenido para alcanzar y edificar a aquellos a quienes queremos llegar. En 1 Corintios 9:22, Pablo nos enseña:
«Me hice débil con los débiles para ganar a los débiles. Me hice todo para todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles.»
3. Tener un vocabulario inentendible
Jesús, en Mateo 13:34, enseñaba y «sin parábolas no les hablaba». Él utilizaba un lenguaje accesible y comprensible para comunicar verdades profundas. Del mismo modo, nosotros debemos evitar utilizar un vocabulario demasiado técnico o eclesiástico que aleje a las personas de nuestro mensaje. Al emplear un lenguaje claro y sencillo, garantizamos que nuestro contenido sea accesible para todos.
4. Decir cosas sin sentido
Es fundamental tener una visión clara y un propósito definido al crear contenido cristiano. Cuando carecemos de dirección, corremos el riesgo de hablar en vano y no transmitir un mensaje coherente. En Proverbios 19:21 leemos:
«Muchos son los planes en el corazón del hombre, pero el consejo del Señor permanecerá.»
5. Hablar desde el resentimiento
En Efesios 4:31, se nos exhorta: «Quiten de su vida toda amargura, furia, enojo, insulto y toda clase de malicia.» El resentimiento nubla nuestro juicio y envenena nuestro mensaje. Ya sea que nos dirijamos a creyentes o no creyentes, es fundamental hablar desde un corazón lleno de amor y comprensión.
En resumen, al evitar estos errores comunes al crear contenido cristiano podemos comunicar el amor y la verdad de Dios de manera efectiva, impactando positivamente a aquellos que nos rodean.