Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Mateo 5:8 (RVR1960).
Lo opuesto de este pasaje sería, infelices los de corazón sucio, porque ellos no podrán ver a Dios. Leerlo de esta manera nos ayuda a comprender de mejor manera el significado de este versículo. Es imposible que las personas que viven deleitándose en el pecado sean dichosas.
Por esta razón el corazón es muy importante ante Dios. Si este está sucio sólo revelará maldad. En cambio si el corazón es puro, manifestará un carácter correcto e íntegro.
Las bienaventuranzas que Jesús enseñó en el sermón del monte, son cualidades que los hijos de Dios deben desarrollar. El pasaje leído se refiere a la pureza que debe haber en nuestra vida. Es decir, no debemos deleitarnos en lo que Dios aborrece. Si ésta es nuestra actitud y conducta estamos manifestando un corazón sucio.
Al tener un corazón purificado nuestros pensamientos, sentimientos y decisiones también lo serán. Pero esto no significa que no llegaremos a pecar; sino que al cometer una falta, tendremos inquietud y aflicción por la impureza que ha ingresado a nuestro ser y nos llevará a confesarlo ante Dios para que el corazón sucio sea purificado y nuevamente seamos limpios.
¿Y qué consecuencias trae un corazón sucio y uno limpio?
Cuando el corazón es puro, uno comprende la Palabra de Dios cuando la lee, cada vez conoce más al Señor, entiende sus enseñanzas, promesas y consejos. Además que la confianza en Él va creciendo.
Pero es diferente cuando el corazón está sucio. Esta persona puede conocer la Biblia de principio a fin pero no la entiende. No cree en las promesas ni puede ver a Dios y se mantiene en el mismo estado pecaminoso.
Otra consecuencia es que la persona que tiene un corazón limpio ve a Dios en cada circunstancia. Es decir, aun cuando haya felicidad, dolor, enfermedad y tribulación, esta persona puede ver al Señor; y esto le lleva a no caer en desesperación ni resentimiento. Lo contrario sucede con la persona que se mantiene con un corazón sucio. Las impurezas distorsionan la capacidad de ver a Dios. Por esta razón esta persona se deprime, se amarga y desespera porque no ve al Señor en la circunstancia.
¿Cómo está tu corazón?
Hay una hermosa promesa para los que tienen un corazón limpio. Como también hay consecuencias negativas de vivir con un corazón sucio.
Si has estado perdiendo de vista a Dios, acércate a Él, confiesa tus pecados y apártate de ellos. El mantener un corazón limpio te llevará a ser bienaventurado.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.