Pedro y dos discípulos fallaron en velar y orar cuando acompañaron a Jesús al Getsemaní, donde el Maestro iba ser arrestado para ser crucificado. Jesús sabía lo que iba a acontecer, buscó fortaleza en oración para cumplir su propósito.
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Mateo 26:41 (RVR 1960)
Velar y orar nos prepara para lo que viene, Pedro se prepararía para vencer ante la tentación de negar a Jesús; sin embargo, se quedó dormido. Él amaba a Jesús, pero la carne fue débil y lo negó.
La oración es el aliento sobrenatural que recibimos de Dios para que podamos fortalecer nuestra vida espiritual, para hacer frente a lo que acontece, para tener fe en medio de las adversidades y seguir aferrados a nuestro Padre.
Orar es una batalla entre nuestra carne y espíritu, y se gana o se pierde según cómo la luchemos, de rodillas o con nuestras propias fuerzas.
¿Estás velando y orando?
El fin de velar y orar no es que las cosas pasen como queramos, sino es que se haga la voluntad de Dios. Jesús veló y oró, y le pidió al Padre que, si era posible, pasara de él esa copa de sufrimiento. Pero enfatizó en que se hiciera su voluntad.
Es importante que pidamos en oración que nuestro corazón desee la voluntad de Dios, para que sigamos su propósito a pesar de los obstáculos.
Debemos estar atentos, velando y orando hoy más que nunca, porque los días son muy malos, el mundo está cada vez peor. Pero si ponemos nuestra confianza en Dios en oración y en su Palabra, tendremos paz y dirección divina.
¿Te cuesta orar? Ahí donde estás puedes dirigirte a Dios, Él te escucha y te llenará de fortaleza y te dirigirá tus pasos, no lo dudes.
Oración del día
Padre, ayúdame a estar atento en velar y orar, que mi carne se someta a ti y mi espíritu te busque incansablemente. No permitas que me pierda en los afanes de la vida y deje de lado mi comunión contigo.
Perdóname y límpiame de todo mal, gracias por tu amor, tu misericordia y perdón. En el nombre de Jesús, amén.
Aplicación
¿Qué puedes hacer para que la oración sea prioridad en tu vida?