En cualquier momento de la vida, cuando nos encontramos atravesando un valle de sombra de muerte o cualquier situación, si Dios es la luz, la salvación y fortaleza no debería razón por la cual atemorizarse, ¿cierto?
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Salmos 27:1 (RVR 1960)
Es lo que el rey David afirmaba, seguro de que Dios era su luz, salvación y fuerza, no temía, aunque sus enemigos buscaban eliminarlo, su confianza fue más grande.
La luz en la oscuridad
No podemos andar en total oscuridad, necesitamos de la luz para saber dónde pisar y no tropezar.
Dios es una necesidad latente para la humanidad que por tanta maldad y pecado anda perdiéndose en lo oscuro y vergonzoso. Cuando Él es la luz, la oscuridad retrocede, se disipa.
Ante la oscuridad que quiera cubrirte o el temor que quiera atormentarte, busca la fortaleza en Dios, quien disipará toda tiniebla y nos dará valor para enfrentar lo que venga.
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Efesios 6:10 (RVR 1960)
Oración del día
Padre bueno, no me dejes en la oscuridad, rescátame y mantenme a tu lado. Sálvame una vez más de la situación complicada que enfrento. Dame de tu fortaleza para no decaer y aférrame a la fe para mantenerme de pie.
Gracias Dios bueno, en el nombre de Jesús, amén.
Aplicación
¿De qué manera buscas mantenerte en Dios?