Por muy lindo que uno pueda expresarse de una persona que ya no está con nosotros en la tierra, pasará a ser solo palabras, que sí reflejan el cariño y el aprecio que se le tenía, pero los halagos ya no llegarán al difunto, así qué no traigas flores al cementerio.
Trae flores antes de partir
Muchas veces nos reservamos a expresar el bien que nos hace una persona, sea un familiar o un amigo, guardamos el aprecio que sentimos por una u otra razón; sin embargo, ese cariño debe brotar y ser compartido porque estamos sembrando amor en los demás.
Ámense unos a otros con un afecto genuino y deléitense al honrarse mutuamente.
Romanos 12:10 (NVT).
Hay quienes se arrepienten de no haber expresado su admiración, agradecimiento y respeto hacia quién ya partió, y aunque haya culpa en ello, no es bueno quedarnos en el pasado, sino ver el ahora y dar a quienes nos rodean el amor que tenemos.
Aprovecha cada oportunidad que se presente, no se trata de llenar de halagos a todos, sino de honrar el bien que hacen a tu vida, con una palabra o una acción.
En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.
Hechos 20:35 (RVR 1960).
El amor renueva
No sabemos cómo se sienten las personas a nuestro alrededor, quizás necesitan saber que sus acciones, esfuerzo y bondad bendicen nuestra vida. Nuestro agradecimiento puede hacerles el día diferente, motivarles a que sigan adelante, incluso que Dios está con ellos.
Dios nos usa como canales de bendición, no nos quedemos con Su amor sólo para nosotros, compartamos y honremos a quienes bendicen nuestras vidas.
Evitemos el guardar las flores que debemos repartir hoy, para que mañana tengamos la paz y la certeza de que hemos compartido el agradecimiento con quienes han aportado a nuestra vida.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.