A diario hay muchas personas orando por otras y definitivamente eso bendice nuestras vidas. De la misma manera recibimos bendiciones de Dios si estamos atentos a verlas y recibirlas como tales. Dios nos bendice a diario.
Bendiciones diarias
Hay hermosas bendiciones en la Biblia que podemos aprendernos para darlas y las debemos aprender a recibirlas también. A veces nos llegan bendiciones inesperadas y nos sentimos felices, ¿pero le damos el crédito a Dios? ¿Agradecemos y las recibimos como bendiciones?
Que él conceda los deseos de tu corazón y haga que todos tus planes tengan éxito. Que gritemos de alegría cuando escuchemos de tu triunfo y levantemos una bandera de victoria en el nombre de nuestro Dios. Que el Señor conteste a todas tus oraciones.
Salmos 20:4-5 (NTV).
Bendigamos a quienes hagan el mal
Más importante aún es bendecir a quienes hacen el mal porque ellos necesitan más aún de esas bendiciones para que Dios suavice sus corazones. Hay que orar por los malvados, hay que orar por los que generan guerras si queremos cambios. Esos cambios comienzan por nosotros.
Tenemos la fe de que Dios nos escucha y le imploramos por nuestros seres amados a diario. Acostumbrémonos a bendecir y orar por quienes no son tan amados ni admirados y pidamos a Dios que los limpie del mal. Eso nos trae bendiciones de Dios a todos y así impactamos al mundo con el bien.
No paguen mal por mal. No respondan con insultos cuando la gente los insulte. Por el contrario, contesten con una bendición. A esto los ha llamado Dios, y él les concederá su bendición.
1 Pedro 3:9 (NTV).
Si queremos ver cambios en este mundo que está tan convulsionado, en este tiempo en que todo pareciera al revés, empecemos haciendo ese cambio. Bendigamos a toda persona, bendigamos cada día, repartamos bendiciones por doquier, en todo evento, a todo proyecto, y a todas las vidas.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.