Poner en práctica lo que sea que aprendamos es la mejor manera de retenerlo. Y no solo eso, aplicar lo aprendido, comprueba que lo retuvimos. De la misma manera, debemos hacer con la Palabra de Dios.
Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
Santiago 1:22-23 (RVR 1960)
Porque ser un cristiano que solo va al servicio los domingos y el resto de la semana vive la vida de la misma manera, no es lo que quiere Dios de nosotros. Al hacernos cristianos tuvo que haber un cambio que todos notan en nuestro comportamiento.
Nuestra manera de actuar, tiene que ser la de hacedores de lo que creemos y predicamos. No solo oidores como dice esa porción de Escritura. Seamos cristianos con una fe activa y que todos puedan ver lo maravilloso que puede ser el tener a Dios con nosotros.
Predicamos más siendo hacedores y no solo oidores
Siendo hacedores de la Palabra, es la mejor manera como podemos llegar a quienes no conocen al Señor; haciendo que se interesen en saber más de Dios al ver que nosotros por Él, vivimos una mejor vida. Somos alegres porque tenemos el gozo del Señor. Tenemos Su paz a pesar de toda circunstancia.
Esa paz que sobrepasa entendimiento nos viene solo de Él, de buscar Su presencia y tener una estrecha relación con nuestro Dios. Ese enfocarnos en el gran poder y amor de Dios, que nos permite vivir, ya no para este mundo, sino para el que nos espera en la eternidad.
Es maravilloso tener esa “confianza ciega”, como le llamarían algunos. Es la confianza que nos da la fe en nuestro maravilloso y buen Creador, nuestro Dios. El único Dios vivo, que nos ama como ninguno y dio Su vida para que podamos pasar esa eternidad con Él. Venció la muerte y resucitó. Ese es nuestro Dios.
Oración del día
Bendito seas Señor Dios todo poderoso. Gracias una vez más por todo Tu amor y bondad infinitas e inmerecidas. Gracias porque sé que puedo contar contigo siempre y que nunca me has dejado. Gracias por Tu propósito en mi vida, por escuchar mis oraciones. Te pido mi Dios, que me ayudes a afianzar mi fe. Que crezca cada día más cercano a Ti y me dedique diariamente a leer y reflexionar en Tu Palabra. Haz que crezca en mí, en mi corazón y que pueda yo mostrar esa felicidad que me da saberme respaldado y amado por Ti. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
Aplicación
¿Puedes contarnos cómo haces para ser un hacedor de la Palabra de Dios y no solo un oidor?