La conciencia y la autoridad se encuentran en un momento culminante del relato bíblico. Una lectura desapasionada, sin los anteojos de la doctrina, nos dejan ver que la autoridad nunca fue parte del diseño original.
Todo lo que Dios habló antes del asunto del fruto prohibido tiene que ver con una verdadera colaboración entre ambos:
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread…
Génesis 1:20 (RVR1960)
No veo que diga que el hombre señoree y sojuzgue. Se dirige a ambos. Yo lo veo así, al menos. Por eso digo que la conciencia y la autoridad se encontraron.
La autoridad como producto humano
Esta es mi teoría más provocativa. Es decir, no en cuanto a su contenido, sino en cómo desafía paradigmas de miles de años.
Me asombra que el texto sea tan claro y que los lentes de la teología o la doctrina lo hayan convertido en una convicción heredada.
Hago esta observación porque hago uso de la conciencia y no de la creencia generalmente aceptada.
A mayor abundamiento
“…y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.“
Génesis 3:16 (RVR1960) – Cursivas agregadas
¿Por qué leemos aquí: “YO haré que se enseñoree de ti”? Me parece una interpretación interesada; ¡hecha por hombres, sin duda!
Lo que yo veo que Dios está haciendo es decirle a la mujer: ·”Esto es lo que te va a hacer el hombre a partir de ahora: someterte”.
La colisión inevitable
Aquí es donde, yo creo, que la conciencia y la autoridad se encuentran. Y muchas veces, no de la mejor manera.
Cuántas veces la conciencia nos dice algo diferente a lo que dice la autoridad. Y callamos.
Porque la autoridad humana, que ha hecho un trabajo excelente de adoctrinamiento, nos ha convencido que ella tiene siempre la razón y nosotros no. Y que dudar de ella es rebelión.
El día de la conciencia
Tiene que llegar un día que entendamos que la conciencia, bien o mal, debe ser nuestra guía de acción. Tiene que ser una acción iluminada por la palabra, por la razón, por la experiencia y sobre todo por el influjo magnífico de la libertad.
Pero, los costos son altos, claro. Sin embargo, vale la pena experimentar la libertad de la conciencia. Es la manera más auténtica de ser humanos…
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.