Una vieja caja de memorias

Una vieja caja de memorias

Relatos rescatados de una vieja libreta perdida en una vieja caja llena de viejas memorias porque así se va poniendo todo: viejo.

Casa de Pablo Neruda

La Sebastiana. La casa de Pablo Neruda y Matilde Urrutia en Valparaíso. Poesía devenida casa. Nave vertical. Faro en medio del mar ondulante y desordenado de los cerros del puerto. Pronunciación permanente de la vida palpitante, de los sueños, de la imaginación desbordante del poeta. Objetos que describen su pasión por la vida, por las cosas, por las personas. Vocablos confesados sus artefactos. Retratos de su enorme potencia creadora.

Me estremezco con su poema a las conchas marinas.

Maremoto de lágrimas, impresiones antiguas atropellándose en mi garganta por el influjo de su palabra, retrato hablado de cosas tan simples a las cuales les dio otra vida con la magia de sus imágenes, de sus descripciones – que alguna vez habitaron mi verso, mi propia palabra hoy avergonzada.

Su espíritu, su impronta en cada cosa, en el aire, en esas ventanas que recogen el mar y lo arrojan en los espacios infinitos de su casa. Estallan en fronteras invisibles sus mundos, vuela la imaginación más allá de las paredes, creando universos paralelos, territorios para la vida que no reconoce límite alguno. Lugares remotos donde todos los sueños son posibles, donde la realidad se somete a la libertad, sin tiempo, sin razones, sin pausas.

Lloro en la sala de la casa que atestigua que es posible…

Otro lugar

Quebrada Alvarado cerca del Olmué. La tarde se recuesta en los cerros. Esa luz ocre que conozco tan bien rescata los últimos verdes oscuros, los últimos marrones de la montaña. Releo algunas palabras recientes, intentos de recuperar la libertad del decir. Se abren las puertas antiguas tanto tiempo cerradas. No quiero más las palabras instrumentales al servicio de los dictados de la institución (Qué fracasada esta esperanza…)

Emergen. Se liberan del encierro obligado. Golpean el muro de la sensibilidad oxidada. Alborotan los sueños dormidos.

Una fiesta en una casa de campo en medio de los cerros. Búsqueda de nuevos amigos, nuevas percepciones, nuevos universos. Hambre de otras preguntas, anhelo de conocer lo que está más allá de la Tierra Media.

Eso. Quiero abrir las puertas y dejar entrar otras cosas. Salir de mi amparo de ayer para encontrar otros amparos. Como escribiste en mi caja de té: “Sucede que voy a vivirme. Sucede que soy y sigo…”

El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana

CVCLAVOZ

. El presente se escribió en su totalidad por un ser humano, sin uso de ChatGPT o alguna otra herramienta de inteligencia artificial.

CVCLAVOZ

Facebook
Twitter
Email
LinkedIn
WhatsApp

¿Eres madre y te sientes culpable por trabajar?

¿Eres madre y te sientes culpable por trabajar? Hoy elaboramos al respecto. No estás sola. Este sentimiento surge en muchas mujeres.

Los milagros y las buenas obras no son tendencia

Los milagros y buenas obras no son tendencias. No son temas que compartimos. Hoy te invitamos a salirte del molde y hacerlos tendencia.

Lidiemos con la inmediatez

Lidiemos con la inmediatez porque se nos puede convertir en un síndrome que no nos va a dejar disfrutar realmente de la vida. Hagamos pausas.

Tiempo de lectura:

2 minutes

Autor

Comentarios

Likes

0

Deja un comentario