Hay miles de historias que demuestran el poder del amor, y muchas de ellas está en uno de los libros más relevantes de la humanidad.
Al leer con cuidado, vemos que hay parejas de la Biblia que demostraron lo bueno y lo malo de la vida en pareja. Muchos de ellos también mostraron qué es el amor y qué es lo que realmente significa amar.
Probablemente, el pasaje más conocido sobre el concepto del amor esté en 1 Corintios 13:4-8, donde dice:
El amor es paciente y bondadoso. El amor no es envidioso. No es presumido ni orgulloso. El amor no es descortés ni egoísta. No se enoja fácilmente. El amor no lleva cuenta de las ofensas. No se alegra de la injusticia, sino de la verdad. El amor acepta todo con paciencia. Siempre confía. Nunca pierde la esperanza. Todo lo soporta. El amor no tiene fin. Algún día, el don de profetizar cesará. El don de hablar en lenguas se acabará. El de conocimiento se terminará.
(PDT)
Aunque esos versículos por sí mismos demuestran las cualidades que tiene el verdadero amor, en la Biblia hay otras historias de las cuales podemos aprender sobre el tema.
5 parejas de la Biblia que tienen algo qué enseñar sobre el amor
1. Adán y Eva (Génesis 2:20–4:1-2)
La primera pareja del mundo tuvo sus altos y bajos; sin embargo, hay algo relevante que ocurrió incluso antes que Eva fuera creada. Adán no tenía a nadie de su propia especie con quien compartir su vida, pero Dios hizo que cayera en un sueño profundo y de allí formó a Eva.
Esto nos enseña que debemos ser pacientes en esperar a la persona adecuada y no forzar una relación solo porque creemos que está dentro de la voluntad de Dios. De la misma manera en que Dios creó a una pareja especialmente para Adán, Él tiene a alguien preparado para cada uno, y tan solo debemos confiar en que todo llegará su tiempo.
2. Abraham y Sara (Génesis 17:1-8, 15-22; 21:1-7)
Esta pareja de la Biblia tenía años de casados pero no tenían hijos. En aquel tiempo, no tener descendencia era considerado casi una maldición; sin embargo, Abraham y Sara mostraron fidelidad el uno al otro y también hacia Dios. Esto fue recompensado cuando Dios les mostró que tenía un propósito para ambos.
En la actualidad ocurre lo mismo, cuando dos personas se casan, se convierten en uno solo y Dios los usa de manera individual pero también como a un equipo. Es por ello que es importante tenerlo como centro de nuestras vidas, para que se muestre en lo personal y conyugal.
3. Jacob y Raquel (Génesis 29:1-30)
Los tiempos han cambiado y actualmente casi ya no se requiere que el varón trabaje para ganarse la mano de su prometida. No obstante, Jacob tuvo que trabajar el doble para poder casarse con Raquel.
Un dicho popular dice «solo de amor no se vive» y esta historia demuestra que quien ama, también provee. Las parejas son un equipo que deben trabajar en conjunto para su mantenimiento, tanto económico como espiritual.
4. Oseas y Gomer (Oseas 1:1-9, 3:1-3)
La historia que más se asemeja al amor de Dios por los hombres es la de Oseas y Gomer. Oseas demostró amor incondicional por Gomer pese a todas las circunstancias y a las actitudes de ella. Si bien resulta casi irreal pensar en que se puede amar de esa manera en la actualidad, debemos recordar que Dios lo hace cada día con nosotros. Él nos trata de acuerdo a su amor y no conforme a nuestros hechos.
5. Ananías y Safira (Hechos 5:1-11)
Esta pareja de la Biblia es un mal ejemplo de trabajo en equipo. Cuando Ananías mintió, Safira se unió al engaño y respaldó a su esposo. Esto demuestra que ellos no tenían a Dios como centro de su matrimonio; y por lo tanto, tuvieron que sufrir las consecuencias de su pecado.
Cuando primero se ama a Dios, uno adquiere la capacidad de amar y corregir en amor a los demás. Sin Él, todas las acciones, por más que tengan buenas intenciones, terminan mal.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.