No sé si te ocurre lo mismo, pero a mi refrigerador y alacenas nunca les faltan dulces, ya sea en forma de frutas o de azúcar procesada. Todos los miembros de mi casa, incluido yo, tenemos gusto por el dulce, por lo que nos aseguramos de tener algún tipo de postre para devorarlo en cualquier momento que lo desee. El problema con esa situación es que mi cuerpo se ha acostumbrado tanto al azúcar que me convertí en una adicta. Esta adicción ha abierto muchas puertas a estilos de vida poco saludables: experimento una falta continua de energía, un deseo constante de comer y un aumento de peso. Me convertí en una miserable esclava del azúcar. Así que me sometí a varias dietas, pero siempre recuperaba todo el peso que había perdido porque el hábito no se había roto.
No podía hacerlo sola así que busqué la ayuda del Señor; después que oré sobre mis debilidades y lo terrible que me hizo sentir, tanto físico como emocionalmente, Dios me reveló la respuesta. Tuve que huir de la tentación. Ahora, ¿qué significa esto? Significa que necesitaba eliminar el azúcar. Necesitaba hacer una nueva lista que incluya vegetales, frutas y comidas que contienen mucha proteína.
Este es el paso más impactante para una alimentación saludable, ya que si gastas dinero en alimentos nutritivos, te sentirás obligado a comerlos porque no querrás botarlos y será la única comida disponible.
El problema con la compra de alimentos más saludables es que a veces no nos emociona porque no es el sabor preferido. Sin embargo, comprar los alimentos correctos y ricos en nutrientes y evitar aquellos que nos hacen felices temporalmente nos hará más felices a largo plazo. La mala comida desordena nuestras funciones corporales. Cuando nuestro cuerpo no trabaja correctamente podemos tener problemas estomacales. Entonces, aunque no parezca que vale la pena, a medida que te acostumbras a una dieta diferente, tu cuerpo se recuperará lentamente de todo el daño que recibió. Y, no te preocupes, eventualmente te acostumbrarás esos alimentos y amarás a la mayoría de ellos.
Otros beneficios de llevar un estilo de vida saludable incluyen: menores posibilidades de ser diagnosticados con cáncer, así como menores posibilidades de tener diabetes y problemas cardíacos. Aunque no previene completamente las enfermedades, disminuirá la probabilidad de contraerlas.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.