Cuando se anunció que la COVID-19 era una pandemia, muchos gobiernos tomaron medidas extremas para proteger a sus países. La forma en que muchos accionaron fue una muestra de la clase de personas que somos. Esto es porque en los momentos de crisis es cuando sale las verdaderas intenciones de nuestro corazón. Por si no te habías dado cuenta, tu reacción ante la COVID-19 dice mucho de ti. Estos son algunos ejemplos:
La primera reacción: ¿cuánto te dejas guiar por el pánico?
¿Qué pasó cuando el nuevo coronavirus comenzó a expandirse? Mucha gente comenzó a reaccionar de manera negativa. Por ejemplo:
- Discriminación racial y hasta actos violentos.
- Difusión de información falsa en las redes.
- Compras masivas de ciertos productos.
Si nos dijeran que no habrá harina de aquí a seis meses, tendríamos tiempo para almacenar el producto. Podríamos ser creativos y ver cómo podemos reemplazarlo. No obstante, cuando algo sucede con poca anticipación, nuestra primera reacción es producto de los motivos de nuestro corazón. Allí salta nuestro prejuicio, egoísmo, conformidad, ignorancia, incapacidad para tomar decisiones, etc.
La COVID-19 sacó lo mejor y peor de las personas. ¿Qué reveló sobre tu comportamiento?
Falsa información: ¿en quiénes confías?
En cierto punto, la OMS alertó que había mucha falsa información circulando por internet con respecto a la COVID-19. Los dueños de algunas redes sociales, como Facebook, comenzaron a bloquear publicaciones con datos erróneos. Sin embargo, esto no detuvo que estas se propaguen. Es así como se hicieron populares ciertos mitos. (Para más información, leer: 8 mitos que crees sobre el nuevo coronavirus).
En lugar de buscar fuentes de información confiables, algunos prefieren creer lo que dicen los rumores o incluso hasta los memes. Esta reacción ante la COVID-19 no hizo más que confundir a la gente. Pero, al mismo tiempo, reveló que algunos no quieren tomarse el tiempo para investigar más. Prefieren lo fácil. Aquello que no requiere esfuerzo. Y el problema es que no saben ni en quién confían.
El nuevo coronavirus nos insta a preguntarnos: ¿quién es la fuente que nos informa? ¿En quién está nuestra confianza? ¿Somos capaces de investigar?
Finanzas: ¿sabes qué y para qué compras?
Lo primero que escaseó en las tiendas fueron las mascarillas. Luego, el papel higiénico. Ambos parecen no tener relación; se entiende por qué la gente compró mascarillas (incluso cuando no todos la necesitan), pero ¿papel higiénico?
La cuarentena hizo que muchos compren artículos en abundancia. Otros, en lugar de adquirir productos básicos, compraron golosinas o hasta bebidas alcohólicas.
En tiempos críticos es donde más debemos analizar en qué gastamos el dinero. Nuestra reacción ante el manejo de las finanzas durante la COVID-19 refleja cuán impulsivos somos. Evidencia si tenemos una cultura de administración: si tenemos ahorros, cuánto gastamos y cómo percibimos el dinero.
Noticias: ¿de qué forma ves el mundo?
La forma como vemos al mundo se refleja en nuestro comportamiento. Hay gente que cree que la COVID-19 no es una amenaza real. Otros piensan que es parte de una conspiración de parte de las grandes potencias y empresas. Pero, sin importar cómo se haya originado, pensar de una forma negativa no contribuye a la solución.
Cómo reaccionamos frente a esta pandemia refleja nuestro enfoque en la vida. ¿Estamos centrados en buscar soluciones o solo nos quejamos? ¿Solo hacemos conjeturas o accionamos para promover el bien? ¿Cuán dispuestos estamos a obedecer las reglas por el bien de todos?
Si bien el nuevo coronavirus ha afectado nuestro mundo, también es una oportunidad que tenemos para examinar nuestra vida. Hoy, que estamos vivos, podemos tomar mejores decisiones y cambiar. Si no lo hacemos, quizá mañana puede ser demasiado tarde.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.