Una de las frases celebres del reconocido escritor Mark Twain hace hincapié en la importancia de descubrir el propósito o llamado que tenemos en la vida. Sin embargo, no es en Las aventuras de Tom Sawyer ni en Las aventuras de Huckleberry Finn algunos de los libros escritos por Twain en los que encontramos la respuesta.
«Los dos días más importantes de tu vida son el día en que naces y el día en que descubres por qué.»
Mark Twain
Cómo descubrir el llamado de Dios es una de las preguntas más frecuentes en la vida del creyente. La valuable guía del Espíritu Santo te puede ayudar a encontrar la respuesta. Y aquí te compartimos algunas preguntas prácticas de apoyo.
Identidad para el llamado
Nuestro llamado que va entrelazado con nuestro propósito lo encontramos a través de una relación personal con nuestro diseñador supremo, Dios. La primera relación que debemos tener es vertical. Una relación de padre e hijos donde aprendemos de nuestra identidad y de nuestro llamado.
«Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.»
Efesios 2:10 (RVR 1960)
Propósito no es algo que haces: es algo que eres. Una vez encuentras tu identidad en Cristo sabes cuál es tu propósito: agradarle, adorarle, y darle gloria. Puedes estar desarrollando una diversidad de dones o talentos pero siempre con un norte claro: Agradar, adorar y darle gloria a Dios.
Dones y talentos
Cuando Dios nos creó, también nos dio dones y talentos que son para desarrollar a cabalidad esas buenas obras de las que habla el libro de Efesios. Los dones y talentos son esas habilidades y cualidades dadas por Dios que en nosotros se manifiestan con naturalidad. La Biblia nos menciona en varias citas estos regalos de Dios y hace hincapié en su gran variedad.
«Hay distintas clases de dones espirituales, pero el mismo Espíritu es la fuente de todos ellos. Hay distintas formas de servir, pero todos servimos al mismo Señor.»
1 Corintios 12:4-5 (NTV)
A cada uno Dios le da su porción especial y única para ayudarle a ejercer su llamado.
«No obstante, él nos ha dado a cada uno de nosotros un don especial mediante la generosidad de Cristo.»
Efesios 4:7 (NTV)
¿Cómo descubrir el llamado de Dios?
Descubre qué tienes en tu mano.
- Encuentra tu identidad en Cristo.
- Reconoce las cualidades que te resaltan.
Ahora que sabes tu identidad y ya pudiste identificar las habilidades que fluyen bien en ti, ¿qué sigue para descubrir tu llamado? Esta pregunta causa ansiedad en muchas personas. La realidad es que Dios probablemente ya está operando Sus planes de bien en donde te encuentras ahora mismo y con lo que tienes.
Observa con atención tus actividades diarias. Empieza por anotar las cosas que las personas dicen que haces bien, escríbelas y busca patrones que se repitan. ¿Cuál es el común denominador? Es muy probable que ahí encuentres tu llamado, una misión única asociada directamente con tus habilidades y las cosas que has aprendido a lo largo del camino.
No esperes luces de neon, (aunque Dios puede obrar de forma extraordinaria cuando quiere) enfócate en lo que tienes en la mano. Moisés estaba llamado a liberar al pueblo israelí de la esclavitud de faraón.
«Ahora ve, porque te envío al faraón. Tú vas a sacar de Egipto a mi pueblo Israel.»
Éxodo 3:10 (NTV)
Moises conocía su llamado pero dudaba de cómo lograrlo (Exodo 4:1). Dios le preguntó qué tenía en su mano. La respuesta obvia de Moisés fue su vara. El llamado de Dios llegó a Moisés en el desierto donde pastoreaba ovejas para su suegro Jetro. Y lo único que tenía en el momento era su instrumento de trabajo: una vara de pastor.
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El llamado de Moisés llego hasta él, había pasado décadas en el desierto aprendiendo cómo apacentar ovejas, cómo evitar serpientes, cómo encontrar agua. Cada una de esas experiencias y lecciones serían necesarias para su propósito. Y su instrumento de trabajo se convirtió en la pieza clave con que Dios obraría milagros con el fin de liberar a su pueblo.
¿Qué tienes en la mano? La vara de Moisés era su compañía y no era nada extraordinaria, pero en las manos de Dios se convirtió en la vara que dividiría el Mar Rojo y guiaría a todo un pueblo a la libertad.
Si quieres descubrir tu llamado, encuentra tu identidad en Cristo. Identifica qué te ha puesto en las manos y entrégaselo a Él para que lo convierta en algo extraordinario.
Recuerda que Dios te ama. Cristo nos ha entregado a cada uno un llamado irrevocable que debemos cumplir y hacer visible en nuestra vida; ¡vívelo!