¿Alguna vez te has preguntado cuál es tu motivación para compartir tu fe? Compartir la fe es un llamado que se encuentra en el corazón de la fe cristiana. La gran comisión dada por Jesús en Mateo 28:18-20 (NTV) es un mandato claro y directo para todos los creyentes:
Jesús se acercó y dijo a sus discípulos: «Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos.
Esta comisión divina es una razón suficiente para motivarnos a compartir nuestra fe, pero hay otras poderosas motivaciones que pueden impulsarnos a ser testigos apasionados de Jesús en el mundo.
1. Amor por Dios y obediencia a Su Palabra
Nuestra principal motivación para compartir la fe debe ser nuestro amor por Dios y nuestra obediencia a Su Palabra. En Juan 14:15 (NTV) Jesús dijo: «Si me aman, obedezcan mis mandamientos». Compartir nuestra fe es un acto de obediencia a la voluntad de Dios. Amar a Dios significa seguir Su mandato de hacer discípulos.
2. Amor por las almas perdidas
Otra poderosa motivación para compartir nuestra fe es el amor compasivo por las almas perdidas. La Biblia nos muestra claramente el valor de cada alma y la urgencia de llevar el mensaje de salvación a quienes no conocen a Jesús. En Lucas 15:7 (NTV) Jesús dijo:
De la misma manera, ¡hay más alegría en el cielo por un pecador perdido que se arrepiente y regresa a Dios que por noventa y nueve justos que no se extraviaron!
Cada persona que se convierte en seguidor de Jesús es motivo de celebración en el cielo.
3. El poder transformador del evangelio
Compartir la fe es una oportunidad para ser testigos del poder transformador del evangelio. El apóstol Pablo, en Romanos 1:16 (NTV), escribió:
Pues no me avergüenzo de la Buena Noticia acerca de Cristo, porque es poder de Dios en acción para salvar a todos los que creen, a los judíos primero y también a los gentiles.
El evangelio tiene el poder de cambiar vidas, sanar corazones rotos y dar esperanza a los desesperados. ¿Qué mayor motivación podríamos tener que compartir esta buena noticia?
4. Gratitud por la salvación personal
La gratitud por la salvación que hemos recibido a través de Jesús debe motivarnos a compartir nuestra fe con otros. En 2 Corintios 5:14-15 (NTV), el apóstol Pablo escribió:
Sea de una forma u otra, el amor de Cristo nos controla. Ya que creemos que Cristo murió por todos, también creemos que todos hemos muerto a nuestra vida antigua. Él murió por todos para que los que reciben la nueva vida de Cristo ya no vivan más para sí mismos. Más bien, vivirán para Cristo, quien murió y resucitó por ellos.
Como beneficiarios de la gracia de Dios estamos llamados a extender esa gracia a los demás.
5. Cumplimiento del propósito de Dios
Dios nos ha creado con un propósito eterno y parte de ese propósito es ser sus embajadores en la tierra. En 2 Corintios 5:20 (NTV) Pablo nos dice:
Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!».
Compartir la fe en Jesús es parte de nuestro llamado divino para reconciliar a las personas con Dios.
Consejos prácticos para compartir la fe
Ahora que hemos indagado un poco en algunas de las motivaciones detrás del evangelismo, quiero compartirte algunos consejos prácticos para inspirarte y equiparte en esta tarea:
💡Oración constante: Ora regularmente por oportunidades para compartir tu fe y por las personas a las que deseas alcanzar. Pide la guía del Espíritu Santo.
💡Conocimiento de la Palabra: Familiarízate con las Escrituras y con los fundamentos de tu fe para poder explicar claramente el evangelio.
💡Vivir una vida coherente: Tu vida diaria debe reflejar la fe que profesas. Sé un ejemplo viviente de la transformación que Jesús puede hacer.
💡Escucha con empatía: Escuchar a las personas y comprender sus necesidades y preocupaciones es fundamental para el evangelismo efectivo.
💡Comparte tu testimonio: Tu historia de cómo encontraste a Jesús puede ser poderosa para inspirar a otros.
💡Invita a otros a la iglesia: La comunidad de fe es un lugar donde las personas pueden aprender más acerca de Jesús y encontrar apoyo.
💡No temas el rechazo: No todos responderán positivamente, pero no dejes que el temor al rechazo te detenga.
¿Cuál es tu motivación para compartir tu fe?
Compartir la fe es un acto de amor, obediencia y gratitud que fluye de nuestro compromiso con Jesús. A medida que comprendemos las motivaciones detrás del evangelismo y aplicamos consejos prácticos, podemos ser testigos efectivos de la gracia de Dios en nuestra vida y en las vidas de quienes nos rodean.
El evangelismo no es opcional: es una expresión natural de nuestro amor por Dios y por las almas perdidas. Que cada uno de nosotros abrace este llamado con pasión y propósito, compartiendo la esperanza que encontramos en Jesús con un mundo necesitado.
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