Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron lo que habían hecho y enseñado. Y, como no tenían tiempo ni para comer, pues era tanta la gente que iba y venía, Jesús les dijo:—Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco.
Marcos 6:30-31 (NVI)
¡Qué maravilloso recibir una invitación de Jesús: ≪Ven y descansa en mi presencia.≫! Por un lado, el ministerio de Jesús y sus discípulos se estaba expandiendo a un ritmo cada vez mayor. Pero, al mismo tiempo, ¡Herodes estaba trabajando en silenciar a Juan el Bautista, la voz que estaba ≪preparando el camino≫ para que nuestro mundo conozca a Jesús!
Hay algo extrañamente familiar en la narrativa que documentó Marcos: los detalles sobre la vida de Jesús y aquellos a quienes había enviado con su autoridad para traer esperanza y vida a un mundo atado y quebrantado.
En estos días hay un enfoque exagerado en lo que hacemos y cómo podemos hacer más, y con una buena razón. Al mismo tiempo, la estridencia y el volumen de la opinión en oposición a las enseñanzas de Jesús y al Evangelio que hemos sido llamados a predicar también parecen estar incrementando. Pero pese a que todo lo que gira a nuestro alrededor clama por nuestra atención, yo todavía escucho una voz que nos invita a encontrar nuestro lugar con Jesús, donde se puede encontrar el descanso.
H. G. Spafford escribió estas palabras en un himno:
Sí, sé que el lenguaje que usó puede parecer anticuado, PERO la verdad de la que habla es particularmente relevante hoy.
La verdadera paz se encuentra en SU presencia. Ese es nuestro lugar de descanso, paz y donde podemos reagruparnos. ¡En su presencia redescubrimos nuestro mayor sentido de propósito y plenitud de alegría! Su invitación también es intensamente personal. ≪¡Ven conmigo!≫ Imagina eso. Ser invitado POR JESÚS solo para pasar el rato y relajarte con Él y allí encontrarás descanso.
Permíteme aprovechar la oportunidad para invitarte a un lugar de descanso.
Los próximos eventos que los discípulos iban a vivir sucederían pronto: Jesús alimentaría a las multitudes, caminaría sobre el agua y todos los otros milagros que iba a hacer. Pero, por ese momento, Él se concentró en la invitación a los discípulos a estar Su presencia: ≪Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco.≫
Isaías nos recuerda que esperar en el Señor renueva nuestra fuerza.
Aceptemos su invitación. La oración no es una lista de nuestros deseos, ¡es nuestra respuesta a su invitación a estar con Él en un lugar tranquilo!
Escrito por Oliver Raper.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.