Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, envidia es:
- Tristeza o pesar del bien ajeno.
- Emulación, deseo de algo que no se posee.
En nuestra vida diaria sentimos envidia hasta por cosas que son insignificantes. Por ejemplo, cuando vemos en las redes sociales que alguien tiene o hace algo, sentimos que nosotros también deberíamos poseerlo o hacer lo mismo. Y aunque quizá hayamos llegado al punto de permitir que la envidia sea parte de nuestra rutina, esto no hace que sea bueno.
Esta mala conducta puede enraizarse en nuestras vidas y por eso debemos saber lo que dice la Biblia acerca de ella.
Esto es lo que la Biblia dice acerca de la envidia
La envidia es pecado
Cuando ustedes siguen los deseos de la naturaleza pecaminosa, los resultados son más que claros: […] envidia…
Gálatas 5:19-21 (NTV)
La Biblia señala que seguir haciendo las cosas de acuerdo a nuestra naturaleza es pecado. Y la envidia es parte de esa naturaleza (Romanos 1:28-29; Tito 3:3; 1 Pedro 2:1-2). A menudo nos cuidamos de cometer otros pecados y no le damos importancia a la envidia. Sin embargo, esta práctica es dañina y tiene malas consecuencias.
Hace daño a la salud
La mente sana vivifica al cuerpo, la envidia corroe los huesos.
Proverbios 14:30 (BLPH)
Este proverbio puede tomarse de forma metafórica, a manera de ejemplo para ilustrar lo perjudicial que es la envidia. No obstante, estudios científicos actuales han demostrado que se aplica casi literalmente. Sentir celos y rencor lleva a la frustración, depresión y enojo. Todos estos sentimientos negativos se manifiestan en dolores musculares y enfermedades físicas.
Los cristianos no pueden practicarla
Por lo tanto, dejen de hacer lo malo. No se digan mentiras, no sean hipócritas, no sean envidiosos ni chismosos. Más bien, busquen todo lo que sea bueno y que ayude a su espíritu, así como los niños recién nacidos buscan ansiosos la leche de su madre. Si lo hacen así, serán mejores cristianos y Dios los salvará.
1 Pedro 2:1-2 (TLA)
Algo que Dios espera de sus seguidores es que no sean envidiosos. Esto se debe a que es un pecado y el pecado no puede habitar en el mismo lugar en donde está Jesús.
Lleva a otra clase de maldades
Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas.
Santiago 3:15-17 (NVI)
Así como un pequeño fuego puede convertirse en un incendio que arrasa con todo, la envidia es el inicio de algo peor pues ≪allí reina el desenfreno y la maldad sin límites≫ (BLPH). Por tal razón, no debemos dar cabida a los celos ni a la codicia.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.