Se dice que todos somos iguales; pero, a menudo, lo que más vemos son las cosas que nos diferencian de los demás.
A diario podemos ver diversas muestras de discriminación en base a los estereotipos. Ese tipo de situaciones generan conflictos que pronto pueden acrecentarse y convertirse en problemas sociales. Por ese motivo, queremos incentivar a dejar atrás los estereotipos y a concentrarnos en el valor de las personas, basados en la forma como Dios ve a la humanidad: con amor.
¿Por qué debemos tratar a los demás como si fuéramos iguales?
Todos somos iguales ante Dios; por lo tanto, debemos tratar a los demás sin fijarnos en las diferencias. Jesús nos dio el ejemplo de amor para que amemos al resto como Él nos ama.
Y aunque el prospecto parezca negativo, si nosotros comenzamos a dar el ejemplo, otros verán que el amor al prójimo soluciona más problemas que las diferencias.
Por eso, hoy te invitamos a ser un agente de cambio y empezar a narrar una historia diferente. Empieza por verte en los ojos de alguien más. Mira a las personas que te rodean así como te ves a ti mismo; y así entender las diferencias y amarlas con igualdad. Ese puede ser un buen comienzo para unirnos más.
Recuerda que debemos tratar a los demás como queremos ser tratados, porque eso nos enseña la Biblia; además que Dios juzga a todos por igual y sin favoritismos.
Pero el Señor le dijo:
1 Samuel 16:7 (NBV)
―No juzgues al hombre por su apariencia. No, no es este. Yo no escojo como los hombres lo hacen. Los hombres juzgan por la apariencia exterior, pero yo miro el corazón.
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El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.