¿Qué dice la Biblia sobre la corrupción de los gobernantes?

¿Qué dice la Biblia sobre la corrupción de los gobernantes?

La corrupción de los gobernantes puede ser un tema de todos los días en muchos países. Y en la Biblia podemos encontrar que desde tiempos antiguos ya había líderes que abusaban de su posición y lo usaban para su propio beneficio.

Ante todo, la Biblia habla de diversos tipos de corrupción —como la del hombre y el pecado—; y aunque su mención a la corrupción política no es muy profunda, sí hace énfasis en algunos puntos interesantes que nos ayudan a comprender mejor la situación.

Dios pone a los gobernantes

Primero que nada, debemos recordar que la Biblia dice que Dios es quien pone a los gobernantes; por lo tanto, les debemos obediencia.

Sólo Dios puede darle autoridad a una persona, y es él quien les ha dado poder a los gobernantes que tenemos. Por lo tanto, debemos obedecer a las autoridades del gobierno. Quien no obedece a los gobernantes, se está oponiendo a lo que Dios ordena. Y quien se oponga será castigado, porque los que gobiernan no están para meterles miedo a los que se portan bien, sino a los que se portan mal. Si ustedes no quieren tenerles miedo a los gobernantes, hagan lo que es bueno, y los gobernantes hablarán bien de ustedes. Porque ellos están para servir a Dios y para beneficiarlos a ustedes. Pero si ustedes se portan mal, ¡pónganse a temblar!, porque la espada que ellos llevan no es de adorno. Ellos están para servir a Dios, pero también para castigar a los que hacen lo malo. Así que ustedes deben obedecer a los gobernantes, no sólo para que no los castiguen, sino porque eso es lo correcto.

Los gobernantes están al servicio de Dios, y están cumpliendo un deber. Por eso pagan ustedes sus impuestos. Así que páguenle a cada uno lo que deban pagarle, ya sea que se trate de impuestos, contribuciones, respeto o estimación.

Romanos 13:1-7 (TLA)

Por más que Dios permita que ellos tengan sus puestos gubernamentales, no quiere decir que Él apruebe su mala conducta. Esto significa que aunque Dios les da autoridad, no aprueba la corrupción de un líder.

Ahora bien, cada persona es responsable por lo que tiene. Así como la parábola de los talentos que narró Jesús (Mateo 25:14-30), Dios otorga bienes, pero lo que hacemos con ellas es lo que cuenta. Podemos ser buenos o malos administradores; y eso ya depende de las decisiones que tomemos.

Teniendo esto en cuenta, a continuación veremos qué dice la Biblia sobre llos gobernantes corruptos.

¿Qué dice la Biblia sobre la corrupción de los gobernantes?

Siempre habrá gente corrupta en el gobierno

No te sorprendas si ves que un poderoso oprime a un pobre o que no se hace justicia en toda la tierra. Pues todo funcionario está bajo las órdenes de otro superior a él, y la justicia se pierde entre trámites y burocracia. ¡Hasta el rey saca todo lo que puede de la tierra para su propio beneficio!

Eclesiastés 5:8-9 (NTV)

En Eclesiastés —un libro cuya autoría se le atribuye a Salomón— dice que no debemos sorprendernos cuando veamos la injusticia porque siempre existirá.

No nos gusta la idea de que siempre exista la corrupción; sin embargo, no podemos evitarlo porque nace de la naturaleza humana.

El corrupto no piensa en su responsabilidad, sino en su propio beneficio; y esa acción nace del egoísmo, el orgullo y la altanería. Ninguna de esas emociones son aprobadas por Dios. Y si la persona no tiene su corazón cerca a Dios, entonces es de esperar que le dé espacio a la maldad.

A lo largo de la historia hemos visto a gente corrupta en el gobierno, y como dice la Biblia, la situación seguirá; y el problema radica en el corazón del hombre, y esto es porque la corrupción tiene que ver con la relación que tenemos con Dios.

La corrupción está ligada con darle la espalda a Dios

¡Qué nación tan pecadora,
pueblo cargado con el peso de su culpa!
Está lleno de gente malvada,
hijos corruptos que han rechazado al Señor.
Han despreciado al Santo de Israel
y le han dado la espalda.

Isaías 1:4 (NTV)

En la Biblia hay muchos casos de malos gobernantes que llevaron a sus pueblos al desastre, y todo por no escuchar a Dios. Si examinamos las historias del Antiguo y Nuevo Testamento, vemos que las naciones se dejan corromper cuando le dan la espalda a Dios y a sus principios. Esto es así porque solo al seguir a Dios podemos tener una brújula que nos indique el mejor camino a seguir.

Por ejemplo, la Biblia dice que debemos trabajar y ganarnos el sustento, ayudar al próximo, no robar, no ser envidiosos, no mentir ni practicar la injusticia. Si como cristianos practicáramos dichos mandamientos, no existiría la corrupción en ningún nivel gubernamental ni político porque los procedimientos serían limpios.

Esto quiere decir que la solución para erradicar la corrupción no radica en sacar a las personas de sus puestos ni causar revueltas, sino generar un cambio de dirección y llevar a las personas hacia Jesús. Sin Él, no importa cuántos gobernantes se cambien, siempre habrá corrupción.

Los gobernantes corruptos no escaparán del juicio de Dios

Los gobernantes engañan a mi pueblo,
y lo llevan por mal camino;
hasta las mujeres y los niños
gobiernan y abusan de la gente.

Dios está por juzgar a su pueblo.
Lo llamará a juicio
y les dirá a sus líderes y jefes:

“Ustedes han destruido a mi pueblo querido.
Han robado a los pobres
y han guardado en sus casas
todo lo que se robaron.
¿Con qué derecho abusan de mi pueblo
y maltratan a los pobres?”

Isaías 3:12-15 (TLA)

Podemos sentirnos desalentados al saber que siempre existirá la corrupción (ya que no todos están dispuestos a rendir sus corazones a Dios); pero eso no quiere decir que es un acto que quedará impune.

Sabemos que en el juicio final, Dios emitirá un juicio según los pecados que hayamos cometido. Y a veces creemos que eso solo incluye nuestra vida personal, mas no la laboral ni de otro ámbito; sin embargo, nuestra vida completa estará en juicio.

Si una persona tiene un cargo gubernamental, sus decisiones serán juzgadas de igual manera. Y si ha sido corrupta, la Biblia dice que Dios será muy severo con el castigo (Isaías 59:1-4, Ezequiel 34:8-11).

Hay muchos líderes corruptos que escapan de la justicia humana y pueden vivir sin pagar por sus crímenes por muchos años. Pero nadie puede escapar del juicio de Dios. Ya sea que Él decida aplicar una sentencia durante la vida de ese gobernante o en el juicio final, Dios sí aplicará su justicia y hará que el clamor de los inocentes se haga oír.

Por lo tanto, cuando vemos casos de corrupción y tengamos el impulso de aplicar la justicia por nuestras propias manos, recordemos que solo Dios puede juzgar, y que seremos medidos tal como tratamos a otros. Al final, nuestro sentido de justicia puede fallar, pero el de Dios, jamás.


El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.

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CVCLAVOZ

. El presente se escribió en su totalidad por un ser humano, sin uso de ChatGPT o alguna otra herramienta de inteligencia artificial.

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