Existen muchas personas que se dedican a satisfacer los deseos materiales, aunque eso incluya poner sus posesiones antes que Dios; y tu, ¿cómo administras tus bienes?
Dos centavos
Una historia cuenta que hace muchos años, cuando un niño salía de su casa una mañana de domingo, su padre le había dado dos centavos, uno para la ofrenda y otro para comprarse caramelos; pero se le cayó uno por el camino.
Aunque el niño intentó recuperar su moneda, todo intento fue inútil pues había ido a parar a una alcantarilla. Después de vacilar un momento, de pronto, haciendo saltar la moneda de una mano a otra, dijo: Menos mal que todavía me queda el centavo para los caramelos.
¿Dónde está tu corazón?
Muchos adultos actúan igual que este niño, poniendo en primer lugar sus deseos personales antes que Dios.
Jesús mismo dijo:
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Mateo 6:19-21 (RVR1960)
No se trata de la cantidad que le das a Dios, no necesitas ser millonario y hacer grandes ofrendas, pero sí necesitas tener claro dónde está tu corazón.
Cuando administres tus bienes, toma en cuenta a Dios
Es importante que al momento de administrar tus posesiones siempre tomes en cuenta a Dios y reconozcas que de Él provienen todas las cosas.
Si pones a Dios en primer lugar, Él se encargará de suplir tus necesidades y darte más aún de lo que imaginas o le pides.
Muchas veces es difícil porque nos encontramos ante la situación de ese niño, que las cosas cambian y debemos elegir en qué usar nuestros recursos. Sin embargo, si eliges al Señor primero, Él proveerá para tus necesidades.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.