Me encuentro, una vez más, desafiado por la vida a venir al encuentro de una nueva cultura. A pesar de que no es algo nuevo en mi historia, reflexiono sobre la constante persistencia del cambio.
Alguien dijo que lo único permanente era, precisamente, el cambio. Nos atrae la inmutabilidad de las cosas: esa permanencia nos otorga seguridad. Pero todos los días, a cada rato, las cosas se transforman delante nuestro.
A algunos, lo nuevo les espanta. A otros, les intriga y emociona: una nueva cultura puede ser una nueva aventura.
“Pienso que estoy listo para una nueva aventura.”
Bilbo Bolsón, El Señor de los Anillos, El retorno del Rey
En la fantasía imaginada por J.R.R. Tolkien, cuando Bilbo Bolsón pronuncia estas palabras, ya está bastante entrado en el siglo de vida.
Pensemos en Abraham, que es puesto en el desafío de iniciar una nueva raza a los 99 años. O en Moisés, que es llamado a conducir a una nación a la libertad a los 80 años.
Una nueva aventura casi a los setenta años
Hace unos días cumplí 68 años. Y me encuentro en Santa Cruz, Bolivia, tocando algunas puertas para ver si comienzo una nueva vida aquí. Una nueva vida cultural, profesional y social.
Buenas amigas y amigos colaboran conmigo en este emprendimiento. No sé cómo va a salir este encuentro con una nueva cultura. Pero me emociona.
Una persona muy cercana me dijo el otro día que admiraba mi disposición a seguir soñando y abriendo caminos en este tiempo de mi vida.
Pero es que no podría vivir de otra manera. “Colocado en este tránsito histórico” (para usar unas palabras inolvidables) invertiré lo que me queda de vida en servir a mi generación y a las que vienen.
Nuevas formas culturales
Una nueva cultura presenta diversos desafíos. Uno de ellos es el lenguaje. Aunque se trate del mismo idioma, hay giros y formas de decir las cosas que hay que aprender para ser entendido.
Está el encuentro con nuevas costumbres: formas de saludar, de iniciar una conversación, de celebrar un acontecimiento, de manejar un conflicto.
Para mí, dada mi nueva condición física, la comida es un gran tema. Las personas, siempre cariñosas, te quieren presentar comidas y bebidas que a veces son una nueva y grata experiencia y otras, resultan claramente inconvenientes. Entonces, hay que saber cómo decirlo sin ofender la buena voluntad.
Encarnarse en una nueva cultura puede ser complejo y difícil a veces. Pero nunca sería algo aburrido o monótono. Es algo que estimula y crea nuevas conexiones neuronales que tonifican la mente y lo alejan a uno del peligro de convertirse en un fósil en vida.
¡Bienvenida la nueva cultura!
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.