Qué esperar cuando no hay mucho a la vista es una buena pregunta. El Foro Económico Mundial ha presentado recientemente su informe anual. Reporta sobriamente que las esperanzas de mejorar nuestro mundo son bastante precarias.
No sólo la pandemia, sino la destrucción progresiva del hábitat natural, la desigualdad económica y las migraciones forzadas son los temas centrales de la desesperanza.
La divergencia global resultante creará tensiones dentro y fuera de las fronteras que arriesgan empeorar los enormes impactos de la pandemia y complicar la coordinación necesaria para atacar los desafíos comunes que incluyen fortalecer la acción climática, aumentar la seguridad digital, restaurar las condiciones de vivienda y cohesión social y administrar la competencia en el espacio exterior.
Foro Económico Mundial, Riesgos Globales: Reporte 2022, Resumen Ejecutivo, pág. 7
Por lo que se ve, la esperanza está plagada de tensiones en los más importantes campos de la realidad mundial. La pandemia sólo ha subrayado la enorme desigualdad y los peligros que afronta el planeta. Por eso vale la pregunta de qué aguardar en semejante escenario.
La espera que no avergüenza
Ya hemos comentado aquí antes que, en severo contraste con unas palabras de San Pablo, hay una esperanza que sí avergüenza. Y explicamos que la esperanza que no avergüenza es aquella que se cumple alguna vez. Por eso no avergüenza.
Cuando la esperanza no se cumple, cuando es un espejismo, o es la liebre inalcanzable de la carrera de galgos, te da un poco de vergüenza.
Hay un antídoto contra el deseo de lo que nunca jamás va a suceder: es mejor no esperarlo. De lo contrario, hay que meterse de lleno a luchar para que las cosas ocurran.
Pero, hay otra posibilidad: aprender a identificar cosas por las que realmente se puede trabajar.
La esperanza que tiene sentido
Por ejemplo, soñar que la luna sea de queso o que exista un príncipe azul, me parece que son esperanzas irreales. Por eso digo que tal vez valga la pena aprender qué esperar.
Los temas que aborda el Reporte del Foro Económico Mundial son concretos. La dificultad es poner a mucha gente a trabajar para lograr ganar la batalla.
Hay dos grandes obstáculos, me parece. Uno, el poder del dinero que ve amenazada su fuente de inmensos ingresos si se toman medidas drásticas. Lo otro, es la voluntad política de gobiernos e instituciones para llevar adelante los cambios.
El reporte citado nos indica qué esperar. Nuestra tarea es mover la palanca del mundo para lograr que las cosas se hagan. Así, la esperanza no nos va a avergonzar.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.