La mayoría de las personas piensan que la fama es peligrosa. Y evidentemente puede serlo. Más aún cuando esa fama se da a una muy temprana edad porque nuestra personalidad no se ha desarrollado del todo y la fama nos puede confundir terriblemente. Hemos visto casos como el de Michael Jackson, el cantante y compositor norteamericano.
La vida cambia con la fama, tu privacidad ya es vulnerable, porque pasas a ser «propiedad pública», o así te consideran. Todos se sienten con derecho de mirarte, juzgarte, opinar acerca de lo que haces o dices y buscan por todos los medios conocerte más. Ya no puedes salir como antes a un cine o una heladería. Son peligros y cambios por la fama.
Quienes seguían de cerca a la princesa Diana de Inglaterra, pudieron experimentar el acecho que tuvo la prensa en su vida. Muchos atribuyen el accidente que terminó con su vida en parte a la persecución de los periodistas y sus fotógrafos. Ellos la perseguían en ese día porque estaba con su enamorado Dodi Al Fayed.
Hay quienes buscan la fama, porque es una manera de sentirse importantes, sentir que son aceptados. Les aumenta el ego. La fama juega mucho con nuestro ego y es otra de las razones por las que puede ser peligrosa. Hay quienes se llegan a creer que realmente son inalcanzables, y pueden sentirse más importantes que los demás. Se creen la falsedad de la fama.
Dominando los peligros de la fama
Cuando se tienen los valores bien arraigados, cuando las bases de su educación están bien plantadas, es posible que logren dominar la fama y deje de ser peligrosa. Es importante estar claros en que la fama es pasajera, es efímera y saberse un ser humano común y corriente con fama es básico. Un ejemplo en este sentido viene siendo Keanu Reeves. Aún lo ven usando en el metro de Nueva York.
La persona famosa trabaja igual que todos para lograr cumplir con sus obligaciones personales. Para pagar su casa, su auto, la escuela de sus hijos, su comida. Claro, llevan un estilo de vida diferente al del común, pero así también los multimillonarios, aunque no tengan tanta fama.
Cuando te haces conocido se hace complicado llevar la misma vida que llevabas antes de serlo. Pero mantener los vínculos con los amigos, familia, la vida y la realidad ayuda a dominar los peligros que pueda tener la fama. No solo es efímera, sino que es falsa. Depende del gusto de algunos. Nunca vas a ser admirado y casi venerado por todos.
Hay artistas que no han logrado dominar los peligros de la fama y han caído en depresión por las exigencias de los medios. Caen en depresión cuando esa fama decae por el hecho de ser circunstancial y si no están afianzados a su real valor, pueden hacerse adictos y pasar por todos los procesos de la pérdida de esa droga.
Lo cierto es que hay muchos que buscan la fama y hemos leído historias de muchos famosos que la detestan. Quienes la detestan buscan tener un espacio donde nadie los moleste, donde sientan que tienen privacidad y que nadie invade su vida privada. Los que la buscan, hacen todos los esfuerzos por que los reconozcan. Pero puede que luego se arrepientan si experimentan los peligros de la fama.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.