Es interesante preguntarnos si podremos vernos como una raza, la humana, pues vivimos marcando las diferencias. Nos la pasamos clasificando todo. Catalogando estatus, colores, posiciones, salarios, nivel educativo y es muy cierto que todos somos únicos, somos diferentes, pero somos una sola raza, la humana. Sin embargo, para algunos es difícil entender esto.
Desde 1940 los científicos evolucionistas rechazaron la idea de raza para determinar el número de grupos o tipos humanos. Algunos antropólogos afirman que la especie humana esta compuesta por una raza única que luego se puede dividir por etnias y después por pueblos. Y luego seguimos haciendo diferencias entre unos y otros. Puede ser esto lo que ha hecho que haya tanta competitividad. Pero ¿eso impide que podamos vernos como una raza, la humana?
Somos seres humanos competitivos, pero humanos
No es negativo tener competitividad, es bueno tener siempre presente que, con todo y nuestras diferencias, somos seres humanos. Si se nos hace difícil, pensemos en el universo. Hemos visto películas que tratan sobre invasiones de extraterrestres. Cuando ha habido tragedias en diversos países, todos nos disponemos para brindar ayuda. Tratemos de que no sean solo esos momentos en los que logremos vernos, sentirnos como una raza, la humana.
Podemos evolucionar como seres humanos
Y en la evolución del ser humano, la prioridad debe ser a nivel espiritual. Ser mejores personas, más amables, más generosas, más serviciales. Todos somos semejantes, tenemos el mismo color en la sangre, un sistema digestivo, ojos, manos, brazos. En fin, aprendamos a dar buen trato sin importar el color de la piel, el nivel económico, la posición en el trabajo. Miremos a las personas a los ojos y tratémosles como los seres maravillosos que son. Podemos vernos como una raza, la humana.
Tener el sentido de humanidad, esa facultad para comprender, sentir afecto y mostrar solidaridad, lealtad con otras personas nos hace crecer. Esa es la evolución en la que debemos enfocarnos. No es negativo querer ser mejores, más estudiados, más educados, pero no olvidemos ser más humanos y tratar a todos con igualdad y con el mismo amor, aún con nuestras diferencias. Somos una raza, la humana. No dejemos de vernos así.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.