Es importante que sepamos qué podemos aprender de los errores. No solo de nuestros errores, sino de los errores de los demás. Y es que dicen que los seres humanos somos capaces de cometer los mismos errores muchas veces. Pero yo pienso que no son exactamente los mismos errores. Cuando tenemos tendencias por nuestra personalidad, es posible que caigamos en los mismos errores, tal vez con diferentes personas o diferentes situaciones. Y hemos sabido de personas que no aprenden, y sí caen en los mismos errores con las mismas personas y situaciones. Hay quienes necesitan golpearse más de una vez para aprender.
Se nos hace interesante ver las diferentes reacciones ante el hecho de cometer errores. Hay quienes quieren que la tierra se los trague. Hay quienes no le dan tanta importancia, tal vez les da un poquito de vergüenza, pero siguen adelante. También están los que tratan de esconder el error o distraer a los demás para que no noten el error. Algunos de inmediato se dedican a justificar el error, pero pocos se dedican a aprender de los errores.
Y es que, de los errores, podemos aprender en primer lugar a no volver a cometerlos. Pero también aprendemos a conocernos mejor a nosotros mismos. Aprendemos de la personalidad de otros, de acuerdo con cómo reaccionamos ante los errores. La verdad es, que nadie es perfecto y que todos cometemos errores en algún momento de nuestras vidas.
Nuestros hijos también aprenden de nuestros errores
Muchos hijos aprenden de los errores de sus padres, a no tomar las decisiones que los vieron tomar y los llevaron a una vida difícil. Los hijos tienden a buscar maneras de no darles esas dificultades a sus hijos. A la vez, aprenderán, que hacerles la vida más fácil, no necesariamente los va a hacer más amorosos con ellos, sus padres. En fin, en todo hay aprendizaje y es importante asimilarlo. Definitivamente debemos y podemos aprender de nuestros errores y de los errores de los demás.
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