Aunque anteriormente hayamos superado el miedo, éste se volverá a presentar a lo largo de la vida. Por ello es importante saber, ¿cómo superar el temor?
El temor no es tu enemigo
De un modo u otro el temor no es un enemigo, sino es una respuesta que sentimos ante una amenaza real o subjetiva. Sin embargo, es necesario superar esta emoción para no quedarnos paralizados y ser dominados por ella.
Después de la muerte de Moisés, Josué llegó a ser su sucesor, y tomó la dirección del pueblo de Dios hacia la tierra prometida. Pero él sentía temor, por todo lo que tenía que enfrentar de ahí en adelante.
Sé fuerte y valiente, porque tú harás que este pueblo herede la tierra que les prometí a sus antepasados. Sólo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella para nada; sólo así tendrás éxito dondequiera que vayas.
Josué 1:6-7 (NTV)
Ser cobarde no es la ausencia de miedo sino el dominio del mismo, pues nos detiene en todas las áreas, y ser valiente es ser esforzado (fuerza) para llevar adelante una acción a pesar de todo lo que quiera oponerse.
Enfrenta el temor, no huyas de él
Dios sabe que el temor jamás nos dejará de atacar, y aunque busquemos la fuerza para superarlo en otras cosas fuera de Él, el aliento está en reconocerlo como la fuente de nuestra valentía.
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Efesios 6:10 (RVR 1960)
No huyas del temor, reconócelo y enfréntalo con la valentía que Dios te da al fortalecerte en Él. Recuerda además que no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio.
Si el temor te ha paralizado hasta hoy, toma fuerza en tu comunión con Dios, quien te ama y te ayuda a superar cualquier obstáculo, incluyendo al temor.
En cambio, todos los que me escuchan vivirán en paz, tranquilos y sin temor del mal.
Proverbios 1:33 (NTV)
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