Una mala noticia destruye esperanzas, sueños, metas y conduce a un estilo de vida diferente al que se tenía planeado.
En el libro Asesoramiento psicológico trimestral (Counseling Psychology Quarterly) los profesionales Robert Bor, Riva Miller, Eleanor Goldman e Isobel Scher definen una mala noticia como:
<< situación donde hay un sentimiento de no esperanza, una amenaza al bienestar mental o físico de la persona, riesgo de alterar un estilo de vida establecido o donde el mensaje entregado transmite pocas opciones de vida. >> (Pag. 70)
Nadie está libre de recibir una mala noticia.
“Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro” Fueron las palabras que recibió Jairo, jefe de la sinagoga, mientras esperaba la ayuda de Jesús.
Imagino la reacción de Jairo ante tremenda noticia, pues perder a un ser querido es doloroso y no es algo para lo cual estemos preparados.
Encontrar esperanza en medio de una mala noticia es posible.
Todo indicaba que la hija de Jairo ya no tenía esperanzas y que era una situación para lamentarse. Esa mala noticia estaba quitando las esperanzas que Jairo había puesto en Jesús desde un principio.
Y un hombre llamado Jairo, líder de la sinagoga local, se acercó y cayó a los pies de Jesús mientras rogaba que lo acompañara a su casa. Su única hija, que tenía unos doce años, estaba muriendo.
Lucas 8:41-42 (NTV).
Sin embargo, Jesús recompensó su búsqueda y le devolvió las esperanzas ante una noticia desagradable con estas palabras: “No temas; cree solamente, y será salva.”
¿Cómo enfrentar una mala noticia?
Jairo tenía una única hija que estaba a punto de morir, probablemente los doctores no pudieron hacer nada y el diagnostico era para lamentarse. Pero Jairo no se quedó con esa mala noticia, sino que fue donde Jesús y se postró para pedir su ayuda.
Mientras se dirigían a casa de Jairo, le dieron la noticia de que su hija había muerto, pero Jesús le dijo en ese instante: cree solamente.
Las malas noticias nunca son alentadoras, pero la última palabra la tiene Jesús. Recuerda que nada ocurre sin que Él lo permita y sea su voluntad. El Señor es soberano y debemos confiar en Él aunque a nuestro alrededor todo esté cayéndose a pedazos.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.