¿Alguna vez te has visto envuelto en una serie de conflictos tan intensos, que llegaron al punto de querer ahogarte? Es posible, pero existe una solución para ello, aunque te cueste ¡echa de tu barca todo lo que no te permite avanzar!
En el libro de Jonás encontramos la historia de este personaje que por su desobediencia fue devorado por un pez, imaginamos lo difícil que pudo ser para él, pero más aún para los que estaban en la barca.
Cuando ya estaban en alta mar, Dios mandó un viento muy fuerte que pronto se convirtió en una terrible tempestad. El barco estaba a punto de romperse en pedazos. Cada uno de los marineros, temblando de miedo, llamaba a gritos a su dios. Ya desesperados, arrojaron al mar toda la carga del barco para quitarle peso. Mientras tanto, Jonás dormía plácidamente en la bodega del barco.
Jonás 1:4-5 (TLA)
La desobediencia de Jonás puso en riesgo la vida de la tripulación del barco. Quizá hoy te encuentras en una situación similar a la de este personaje; por ello, debes saber que como hijos de Dios tenemos la responsabilidad de obedecerlo, porque nuestro pecado podría poner en riesgo la vida de los que nos rodean.
¿Qué cosas impulsan que tu barca se hunda?
Muchas veces pasamos por alto las indicaciones de Dios para con nosotros y, quizá por el temor a qué dirán, no las seguimos; pero es importante que identifiquemos lo que no nos permite avanzare intenta hundirnos.
El negativismo, las comparaciones, el remordimiento, el desánimo, la obediencia a medias, podrían ser razones para que nuestra barca esté a punto de hundirse.
Volviendo a nuestra historia, la Biblia menciona que el mar estaba enfurecido al punto de poder provocar la muerte de los que estaban en la barca, entonces los tripulantes tomaron una decisión.
Al mismo tiempo, los marineros decían: Echemos suertes para saber quién tiene la culpa de nuestra desgracia. Echaron suertes, y Jonás resultó culpable. Entonces, los marineros preguntaron a Jonás: ¡Dinos ya por qué estamos sufriendo todo esto! ¿En qué trabajas? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿De qué nacionalidad eres?
Jonás 1:7-8 (TLA)
Dios intervino para hacerle notar a Jonás que no podía huir de Él.
¡Echa de tu barca lo que te impide avanzar!
Jonás sabía que no había otro remedio que estar fuera de la barca para que todo se tranquilizara, y eso fue lo que les pidió a los marineros. Aunque ellos sintieron miedo de cumplir lo que se les pedía, finalmente lo hicieron y entonces todo se calmó.
No son los grandes pecados los que van a hundir tu barca, sólo basta con desobedecer a Dios. Es por ello, que el Señor nos pide que echemos de la barca todo lo que no nos permite avanzar.
¿A qué o/a quiénes tienes que echar de tu barca?
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.