El Espíritu Santo no se trata solo de lenguas como de fuego y hablar en otras lenguas. El poder del Espíritu Santo es acerca de la divinidad en nosotros, que se da, cuando sentimos que Dios nos indica qué hacer, qué decisiones tomar y podemos reconocer su llamado.
El dador de paz, esperanza y gozo
Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Romanos 15:13 (RVR 1960)
Es el Espíritu de Dios que nos da esperanza, paz, alegría y nos fortalece contra las tentaciones. Al tener todas esas virtudes, somos testimonio para que otros puedan ver Su obra. Cuando sobreabundamos en esperanza, llenamos a otros de esperanza.
Si queremos que nuestras vidas se transformen, no necesitamos transformar las circunstancias sino la perspectiva con la que las asumimos. Sin olvidar nunca que tenemos un Dios poderoso que nos atiende cuando le llamamos. Es nuestro Dios de paz y de esperanza.
Dios nos ha dado al Espíritu Santo que nos llena el corazón con Su amor
Dios nos ha dejado saber de Su amor a través del Espíritu Santo, y si sientes que no tienes en ti al Espíritu de Dios, pídeselo. Él te lo dará porque nos ama y nos complace como Sus hijos que somos.
Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor.
Romanos 5:5 (RVR 1960)
Por ello, no nos desesperamos. Tenemos esperanza en las promesas de Dios y a través de Su Espíritu Divino que nos ayuda y nos asiste. Sin Él somos nada, sin Él no podemos, pero con Él todo lo lograremos.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.