Los habitantes de Esparta eran conocidos como espartanos y dentro de ellos estaban los guerreros espartanos, muy hábiles en combate. Entre los principales valores que tenían estaban: la valentía, astucia, austeridad y obediencia.
Llevando una vida de espartano
Jack Petersen, un famoso boxeador dijo: « Se me exige que viva una vida compuesta, en gran parte de negarme toda clase de cosas, que obedezca ciegamente a las instrucciones del entrenador a fin de estar en forma físicamente, para que pueda estar a la altura de medirme con cualquier que se presente, preparado para lo peor.
La mía no es una profesión en la que se permiten los excesos. No hay lugar para los débiles, y se sigue como cosa natural que el vivir limpio es estrictamente esencial…. No fumo, no bebo, porque he decidido que no es bueno para mí…. Debo llevar una vida de espartano. No puedo permitirme dejar el entrenamiento. Para que un boxeados tenga éxito debe vigilarse a sí mismo constantemente»
Vigilando nuestras propias vidas
El Apóstol Pablo, en su carta de los Corintios nos habla del gran premio al final de la carrera, pero también muestra la intencionalidad que debemos tener al vivir, no dando golpes al aire y cuidándonos para no ser eliminados de la carrera.
Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado
1 Corintios 9:25-27 (RVR1960)
Concéntrate en la meta
Deja de estar fijándote cómo viven los demás, concéntrate en tu carrera y en lo que Dios pide de ti.
Ser un guerrero espartano seguramente no era nada sencillo, dominar el combate con armas o sin ellas, requería de disciplina, entrenamiento, determinación y una vida de renuncia.
Nuestra lucha no es física, pero su preparación debe ser tomada con más seriedad que la de un guerrero o un atleta. La corona por la que corremos no es corruptible.
No mires lo que los demás hacen o dejan de hacer y todos los días entrena para ser el mejor atleta posible, enfócate en la meta, que nada te distraiga.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.