Autoridad es la facultad o potestad que se tiene para gobernar o ejercer el mando a personas que están subordinadas voluntariamente.
Cuando damos el paso de fe, al aceptar a Jesús como el Salvador de nuestra vida, lo reconocemos como autoridad. Esto significa que debe ser nuestro Rey y Señor, gobernar nuestra vida y, por nuestra parte, debemos convertirnos en sus discípulos.
Si ya eres hijo de Dios ¿Jesús es la autoridad en tu vida?
El primer paso, en la vida cristiana, es el comprometerse con Cristo. Si bien tienes los privilegios de ser hijo de Dios, también llega la responsabilidad que amerita dicho título. Cuando dejamos de lado esta responsabilidad, nuevamente tomamos otra decisión: persistir en tu compromiso con Él o ser tú mismo quien gobierne tu vida.
Si Jesús es la autoridad de tu vida, deberás seguirle con obediencia y fidelidad, permitir que te enseñe a vivir una vida justa. En cambio, si no es Él quien gobierna tu vida, tus decisiones y vivir están de acuerdo a tus propios criterios, dejando de lado el consejo de Dios.
Aunque no sea fácil
El camino de Dios no es fácil de recorrer, tiene sus obstáculos y pruebas, sin embargo vale la pena mantenerse firme y acabar esta carrera; pero también es esencial que Jesús sea la autoridad de nuestra vida para sobrellevar todo lo que se oponga, porque al final el reino de Dios es para los verdaderos creyentes, los que se rinden delante de Jesucristo y le siguen como discípulos fieles y obedientes.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Mateo 16:24 (RVR 1960)
Renueva tu compromiso
Hoy renueva tu compromiso con tu Señor, búscalo de todo tu corazón y permite que te moldee. Obedece su Palabra y mantente fiel a su autoridad, así podrás enfrentar todo los desafíos que se presenten de aquí en adelante, sabiendo que de su parte también será fiel en todo momento.
Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Mateo 24:13 (RVR 1960)
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