Cuando leemos la Biblia encontramos referencias a riquezas, prosperidad y éxito, pero la definición de cada uno de esos puntos es diferente al concepto de la mayoría en el mundo. Lo que nos hace realmente prósperos es la fidelidad a Dios, el ser verdaderos adoradores de Él.
Confía en Él
Dios nos ha ofrecido promesas a las que nos podemos aferrar y somos ricos al tener una relación, con ¡nada menos, que el Creador de todo! Cuando permanecemos fieles a Dios, a buscarlo, consultarle toda decisión, conversar con Él y buscarlo incluso en los buenos tiempos, Él nos recompensa.
El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa.
Proverbios 28:20 (RVR 1960).
La vida está llena de retos, de problemas inesperados que se nos pueden presentar, pero Dios nos guía a hacer algo muy sencillo y a la vez complejo: confiar en Él. La fidelidad, la confianza se debe fortalecer a diario en cada uno de nosotros, para lograr ver Sus innumerables bendiciones.
Las bendiciones de Dios son riquezas valiosas
Sus riquezas consisten en darnos paz, alegría, guía, provisión, perspectivas correctas de las cosas y protección. No lo vemos, pero hemos sentido cuando nos ha protegido de tantas cosas. Hemos sentido cuando nos acompaña durante los retos de la vida. Dios con nosotros. Emmanuel.
¡Así que sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el Señor tu Dios, él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará.
Deuteronomio 31:6 (NTV).
No temamos, confiemos pues en Él, nuestro Padre celestial, nuestro Dios omnipotente y Todopoderoso que nos ama infinitamente. Acerquémonos a diario a Él y pidámosle que nos fortalezca en la fe y nos proteja en todo momento, nos guíe y nos dirija a lograr Su propósito para nuestra vida y Sus muchas bendiciones.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.