¿Qué tan mala puede ser la pereza?

¿Qué tan mala puede ser la pereza?

Todos hemos escuchado que ser perezoso no es bueno, pero ¿qué tan mala puede ser la pereza?

Una sola vez

Cuentan que un campesino adulto y su hijo caminaban por el campo, en España, en un día de verano, cuando el padre le dijo al muchacho:

-Mira, recoge esta herradura que está tirada a la orilla del camino.

-¡Bah! – Respondió el chico – no merece la pena agacharse, pues apenas vale dos pesetas.

El padre la levantó y se la puso en el bolsillo. En la primera aldea la vendió por cinco pesetas, las mismas que usó  para comprar cerezas.

Era una época seca y el calor insoportable. El muchacho, desesperado, abría la boca intentando  aspirar aire que aliviara la sequedad de su garganta.

El padre, entonces, dejó caer descuidadamente una cereza. El muchacho la levantó con tanto afán como si hubiera sido oro y se la llevó a la boca.

Después el padre fue dejando caer otra, y otra; el muchacho recolectó con celeridad cada una de las cerezas.

Cuando se acabaron todas, volviéndose el padre hacia su hijo sediento le dijo:

-Si te hubieras agachado una sola vez para levantar la herradura y no hubieras permitido que te ganara la pereza,  no hubieras tenido que  agacharte más más de veinte para recoger las cerezas.

No hay tiempo que perder

A veces queremos ahorrarnos el trabajo o evitamos hacer cosas pequeñas pensando que no tienen  ningún valor, pero llegado el momento nos arrepentimos por no hacer aquella tarea que parecía insignificante. Pero, ¿Qué tan mala puede ser la pereza?

En Efesios 5:15 y 16 dice: «Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos» (NTV)

Si deseas prosperar y que Dios bendiga lo que haces, debes aprovechar el tiempo, usarlo sabiamente; y más aún ahora que los días son difíciles para todos.

¿Realmente es tan mala la pereza?

Si deseas ser prosperado, si quieres salir adelante y crecer en todas las áreas de tu vida, debes vencer la pereza.

No sirve de nada anhelar las cosas y quedarse brazos cruzados. Si bien Dios provee y responde nuestras oraciones, debemos entrar en acción y trabajar por aquello que deseamos.

Los perezosos ambicionan mucho y obtienen poco,  pero los que trabajan con esmero prosperarán.

Proverbios 13:4 (NTV)

No dejes que la pereza te gane, sé diligente y Dios te bendecirá.


El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.

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. El presente se escribió en su totalidad por un ser humano, sin uso de ChatGPT o alguna otra herramienta de inteligencia artificial.

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