Existe un error común en muchas personas y es que se sienten insignificantes por no ser conocidos, por no salir en los medios de comunicación, por no tener miles o millones de seguidores; pero lo cierto es que no necesitas ser conocido por la gente, tu valor no está ahí.
Un héroe desconocido
Se cuenta la historia de un predicador que estaba trabajando en un hospital militar durante la Segunda Guerra Mundial y que, en este lugar, conoció a un hombre que le dijo:
- Yo debo mi vida al médico que me atendió estando bajo el duro fuego enemigo. Más tarde murió en la batalla. No sé su nombre, pero nunca me olvidaré de él.
Recordando esa historia, el predicador decía: Muchos héroes continúan siendo anónimos, pero sus hechos siempre serán recordados por alguien.
Deja de sentirte insignificante
No permitas que las cosas terrenales te mientan sobre tu verdadero valor. Si amas a Dios y haces las cosas como para Él, nada de eso pasará inadvertido para el Señor. Quizás la gente no note tu trabajo o tu servicio a los demás, pero Dios lo ve todo y Su reconocimiento es mucho más valioso que cualquier opinión de los hombres.
En la Biblia encontramos muchos ejemplos de personas de las que desconocemos sus nombres pero no por eso dejan de ser importantes.
En Marcos 12:42-44, Jesús pone como ejemplo a la viuda pobre, de quien no sabemos su nombre, y quizás ella pasó desapercibida para todos los que estaban ahí. Este pasaje nos dice que su ofrenda era muy pequeña a lado de otras de gente rica, pero el Señor vio a esta mujer, vio su corazón y la puso de ejemplo a sus discípulos.
El Señor no pasa desapercibido nada de lo que hacemos, y aunque aquí no recibas el reconocimiento de los hombres, para Él eres su tesoro especial.
La gente puede juzgar por las apariencias, por lo que ve, pero Dios no mira el corazón.
Pero el Señor le dijo a Samuel:
—No juzgues por su apariencia o por su estatura, porque yo lo he rechazado. El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón.
1 Samuel 16:7 (NTV)
No permitas que nadie te haga sentir menos ni te subestimes, no eres insignificante, eres un tesoro especial para Dios, por eso debes vivir como para Él, para agradarlo y cumplir el propósito que tiene para tu vida.
Deja de buscar el reconocimiento de los hombres porque eso solamente te hará sentir insignificante, al contrario, procura agradar a Dios cuyo reconocimiento es el verdaderamente valioso.
Oración del día
Padre Bueno y Misericordioso, te agradezco por tu amor, por tu cuidado, por amarme tanto y considerarme un tesoro especial para ti. Te pido perdón por las veces que me he menospreciado, que he pensado que no valgo nada, por buscar el reconocimiento de los hombres solamente. Ayúdame a cumplir el plan que tienes para mi vida y a mantener mi mirada en ti. En el nombre de Jesús, amén.
Aplicación
¿En qué oportunidad te has sentido menos que los demás?