¿Sabías que sólo escuchas lo que quieres escuchar?
Un científico y su amigo andaban por una concurrida calle. El científico, que era entomólogo (especializado en insectos), de repente se detuvo.
-¿Qué oyes? – le dijo a su amigo.
-Oigo la charla de los transeúntes, el bullicio de la gente y el tráfico, fue la respuesta.
-Yo escucho un grillo además de todos los ruidos que has mencionado- dijo el científico, acercándose a una enorme casa de varios pisos, movió una piedra que estaba al lado de la pared y encontró un grillo que producía el característico chirrido.
-¿Cómo pudiste oírlo?- preguntó su amigo.
-Muy fácil, permíteme enseñarte otra cosa.
Ambos caminaron de nuevo a la mitad de la acera y el gentío.
-Ahora observa lo que va a ocurrir – dijo el científico, dejando caer una moneda sobre el pavimento.
La moneda produjo el típico ruido al caer, apenas audible en el bullicio y tráfico de la calle; pero instantáneamente varias personas se pararon y prestaron atención. Entonces el científico dijo:
-Tú oyes lo que quieres oír y lo que estás acostumbrado a escuchar. ¡Todos ven y escuchan aquellos en lo que están interesados y acostumbrados a ver y oír!
Tan fácil como eso
Todos actuamos de la misma manera que el amigo del científico, ponemos nuestra atención en las cosas que nos interesan y a las que estamos acostumbrados.
Muchas veces pasamos por el mismo lugar varias veces pero no le prestamos atención a las cosas y quizás no nos hayamos percatado de tiendas, edificios u otros lugares, hasta que estamos buscando algo específico en la zona. ¿Te ha pasado?
Es muy fácil que apliquemos una atención selectiva y sólo escuchemos aquello que queremos escuchar porque tenemos tanta información alrededor que no podríamos procesar todo al mismo tiempo.
¿Sólo escuchas lo que quieres escuchar?
No es que esté mal que tengamos atención selectiva, pero ¿Diriges tu atención a lo que realmente importa? ¿Sabes elegir las cosas importantes?
A veces nos perdemos de lo realmente importante porque no le damos la importancia debida a cada cosa, no sabemos priorizar.
Por eso también el Señor enseñó acerca de las cosas que atesoramos y dijo:
Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón
Mateo 6:21 (NTV)
Nosotros ponemos nuestra atención, energía, sentidos, fuerzas, en aquellas cosas que nos interesan, en aquello donde está nuestro corazón. Por eso es importante que analicemos cuáles son nuestras prioridades, a qué le dedicamos tiempo y esfuerzos, porque quizás estamos perdidos ante el bullicio del mundo y nos estamos perdiendo detalles que pueden ser importantes para nosotros, podríamos estar perdiendo las bendiciones que Dios tiene para nuestras vidas por andar distraídos en cosas efímeras.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.