Uno de los discípulos del Rabino Ben Jochai, le preguntó por qué Jehová no proveyó suficiente maná de una sola vez para suplir las necesidades de Israel durante un año.
El viejo maestro le respondió:
Una vez había un rey que tenía un hijo, al cual le daba una pensión anual, entregándole toda la cantidad en una fecha determinada. Pronto sucedió que el único día en que el padre veía su a hijo en todo el año, era el día fijado para la entrega del dinero. Entonces el rey cambió su modo de proceder y comenzó a darle el hijo todos los días, lo que le hacía falta para el sustento diario. De este modo, el hijo tenía que visitar al padre todas las mañana.
¿Por qué Dios no quita todos mis problemas de una vez?
Quizás alguna vez te has preguntado por qué Dios no te da todo el dinero que necesitas para pagar tus deudas o por qué no te sana o cuál es el motivo de tus problemas familiares y, posiblemente, tienes muchas otras preguntas más.
Si bien es posible que nunca lleguemos a entender la razón por la que Dios permite muchas cosas, una de la causas de las pruebas es que muchos confían ciegamente en su inteligencia, en sus fuerzas, en la gente que conocen o su posición económica, lo que los lleva a querer vivir lejos de Dios y a buscarlo sólo cuando tienen problemas.
Y no se trata de una actitud egoísta de Dios, sino que si no lo buscamos todos los días, ¿Cómo lo conoceremos?, ¿Qué clase de relación tendríamos con nuestro Padre?
Provisión para cada día
El pueblo de Israel todos los días recibía el Maná, la provisión diaria estaba asegurada para este pueblo y si bien Dios pudo haberles dado todo en uno y dejar que ellos se hicieran cargo de administrar cuándo comer y cuándo guardar, es probable que ellos hubieran querido hacer todo por su cuenta y ser autosuficientes, olvidándose quién era el proveedor de ese Maná. Lo mismo nos pasa a nosotros, que cuando todo nos sale bien, dejamos de buscar a Dios y tomamos nuestras propias decisiones hasta que nuevamente necesitamos su ayuda.
Incluso en la oración que Jesús nos enseñó, en Mateo 6:11, habla de la provisión para cada día: “Danos hoy el alimento que necesitamos” (NTV)
Y más adelante en el mismo capítulo, nos invita a no afanarnos por la provisión, recordándonos que somos más valiosos que las aves: “Miren los pájaros. No plantan ni cosechan ni guardan comida en graneros, porque el Padre celestial los alimenta. ¿Y no son ustedes para él mucho más valiosos que ellos?” (Mateo 6:26 NTV)
No te afanes por acumular riquezas o tener más posesiones, dedícate a buscar cada día a Dios, a conocerlo más y pídele su sabiduría para actuar conforme a sus planes y ten siempre presente que Dios cuidará de ti.
Recuerda que Dios quiere tener una relación personal contigo y para eso, debes buscarlo cada día, pasar tiempo en oración y leyendo su Palabra.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.