A veces nos podemos sentir desanimados, con pereza de iniciar nuestro día. Puede tener que ver con no dormir bien o no alimentarnos correctamente, pero no debemos olvidar que tenemos una fuente de poder inagotable: El Espíritu Santo.
pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra.
Hechos 1:8 (NTV).
Nuestra fuente de poder
Teniendo acceso directo a nuestro Dios, podemos pedirle que restaure nuestra energía, nuestro ánimo, nuestro deseo de activarnos para Él. Cuando pasamos la vida de prisa, podemos olvidar hacer la pausa para conectarnos con nuestra fuente de poder. Haz la prueba la próxima vez que te sientas así.
Solo cierra tus ojos y respira por un momento, pidiendo a Dios que te cargue de energía, que restablezca tu ánimo y te de inspiración. Date una vuelta, caminar a veces nos ayuda a conectarnos y energizarnos. Dios siempre te acompaña si tú lo invitas. No dejes de hacerlo.
Comienza tu día conectado a tu fuente de poder
Apenas abras los ojos, haz la conexión con nuestro Creador. El Todopoderoso Dios que nos ama, nos complace cuando le buscamos y le pedimos que nos acompañe, nos guíe y se haga Su voluntad en nuestras vidas. Haz la prueba cada día hasta que se te haga costumbre.
Reconociendo que Dios es nuestro poder también nos hace más humildes. No es que no seamos capaces de hacer cosas por nosotros mismos, pero Dios nos creó y nos dio esa capacidad. Y yo siento que, si no comienzo el día con Él, se me pasa desapercibido.
Cuando te conectas a primera hora con tu fuente de poder, verás que todo lo que hagas te llenará más y a la larga, tendrá un impacto que no imaginabas. Dios es nuestra mejor inspiración. Su gracia sobre nuestra vida marca la diferencia.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.