Cuando esperamos una respuesta, en cualquier ámbito, la paciencia suele agotarse porque la incertidumbre no es cómoda ni armoniosa con nuestra impaciencia. Después de todo, ¿vale la pena el tiempo de espera?
¿Qué gano al esperar?
Esperar en el Señor tiene beneficios, uno de ellos es que las fuerzas físicas y emocionales son recargadas en el proceso de aguardar la respuesta divina, la fe no se desgasta ni flaquea porque la confianza está en el poder de Dios y no en las circunstancias.
Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.
Salmos 27:14 (RVR 1960)
También, vamos descubriendo la voluntad de Dios en el camino de la paciencia. Cuando el rey Saúl, tomó la decisión apresurada de elevar sacrificio a Jehová, siendo que le correspondía al profeta Samuel, se alejó de la voluntad de Dios y su reinado llegó antes a su fin.
Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.
1 Samuel 13: 13 (RVR 1960)
Adelantarnos cuando debemos aguardar nos roba bendición y nos aleja de los planes de Dios.
La paciencia tiene recompensa
En muchas situaciones la espera desespera, y podemos errar al querer adelantarnos para supuestamente ayudar a Dios. Así que, es mejor aguardar en la voluntad divina.
Cuando aguardes confiando en el Señor, ocurrirán muchas cosas que nos prepararán para recibir aquello que anhelamos y está en los planes de Dios.
¡Vale la pena ser pacientes!
Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; En su palabra he esperado. Mi alma espera a Jehová Más que los centinelas a la mañana, Más que los vigilantes a la mañana. Espere Israel a Jehová, Porque en Jehová hay misericordia, Y abundante redención con él.
Salmos 130:5-7 (RVR 1960)
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