Las demandas del Search Engine Optimization (SEO) han sido diseñadas para ganar audiencia. Su propósito es que te lean más y más personas. Así, te haces famoso, ganas más plata si es que vendes algo, compites en la guerra de los me gusta, los hashtags y tal y tal te mencionó en una publicación.
La paradoja de mi presencia por estos rumbos es doble. No busco tener miles y miles de que sigan mi trabajo. Me interesa acompañar solamente a aquellos que sienten que mis palabras hacen eco con sus deseos y angustias más profundas. Y esas personas siempre son un número reducido. La mayoría se acomoda a la tibieza de lo establecido.
El otro aspecto es que el SEO no tiene nada que ver con prosas poéticas ni repeticiones literarias. Rechaza todo sentimentalismo o pulsiones existenciales. Hay mucho que no puedo publicar aquí porque el sistema rechaza mis formas de decir. Por eso abrí un blog personal que titulé “Las hojas de Parra”.
Si no estás en internet no existes
Alguien me dijo una vez: “Si no aparece en Google, no existe”. Otra persona, cuya ironía resulta más irreverente para los oídos delicados de los creyentes, me provocó con esta frase: “Si Dios no te responde, pregúntale a Google”.
Para eso se inventó, me parece, el SEO. Porque no solo debes estar en internet. Te tienen que ver. Debes competir con miles de millones de otros seres que picotean teclados para autopromoverse. Para que sus fotos sugerentes o sus frases ingeniosas sean leídas por miles.
Así que, si quieres estar y ser visto en la super carretera de la información, acepta, abraza las demandas del SEO. Considéralo un ayo que te conduce a la vitrina universal.
No quiero ser la mercancía
Ese es mi trabajo ahora. Encontrar el modo de cumplir con las demandas del SEO y sin embargo, provocar, criticar, denunciar. Meter la prosa poética entre frases claves, enlaces externos y frases de transición.
Es una pelea ardua. Las sensibilidades no son comerciales. Alguien dijo una vez que hoy el usuario no es el mercado: es la mercancía, el producto. Los diseñadores de la red te ofrecen como el producto para las grandes corporaciones que controlan de facto el mundo.
(A propósito, vayan sabiendo, si no lo saben, que el poder real no es político. El poder es una alianza irreductible entre el capital y la tecnología. El crédito de esta idea es de Yuval Noah Harari en su provocativo libro “De animales a dioses”).
Colofón
No sé si le voy a ganar este tête-à-tête con las demandas del SEO. No acepto su lógica comercial. El escritor francés Honoré de Balzac, durante muchos años, escribió cosas que no formaban parte de su inmensa visión de la comedia humana. Pero le ayudaron a financiar su frugal existencia hasta que pudo escribir su obra monumental.
Tal vez a mí me pase lo mismo. Si no, por lo menos habré podido pagar las cuentas.
Así que les paso este modesto aviso. Entren al link de mi biografía de Instagram y conozcan lo que hago, a contrapelo de la cultura dominante, incluyendo mis libros laterales.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.