Si lo pensamos bien, a muchos se nos hace difícil entender por qué será que Dios nos ama si somos tan imperfectos. Muchos incluso, ¡tan incorregibles! Sabemos que somos una de las creaciones más complejas y se supone que somos más inteligentes que el resto de los seres vivos que creó.
Pero siendo así, la verdad es que cometemos —y seguimos cometiendo— errores. Repetimos los errores cometidos y parece que cada vez somos peores en lugar de mejorar.
Si Salomón tenía la sabiduría que Dios le otorgó ¿qué queda para los seres que somos tan imperfectos?
Me he preguntado cómo Salomón, habiendo recibido la sabiduría dada por Dios, falló de muchas maneras. De hecho, tuvo esposas y concubinas como de colección. Si eso fue él, ¿qué queda para los demás? ¿Para los que no han pedido sabiduría a Dios, por ejemplo? ¿Para aquellos que luchamos con tantas tentaciones a diario?
Sabemos que cuando queremos servir a Dios, vienen las pruebas. Afortunadamente también sabemos que Él nos proporciona la salida, si la buscamos. Y tenemos que encontrar la manera de demostrar que Dios nos ama a pesar de que somos seres tan imperfectos. Estamos en este mundo para aprender a ser mejores seres humanos.
Demos un giro para amar a los que son tan imperfectos como nosotros
No hemos tomado aún conciencia de que somos una sola raza, la humana. No importan los colores de la piel, de los ojos, la textura del cabello, el monto que tengamos en una cuenta bancaria. Somos humanos y debemos dar un giro pronto hacia esa conciencia de unidad. Un giro hacia amar a otros como Dios nos ama, aunque sean seres tan imperfectos como nosotros.
Debemos proponernos ser cada vez mejores hacia todos. Ser un ejemplo a seguir, un ser humano que inspire a otros a ser también mejores. Tratar de ser una persona que otros quieran ayudar por lo que proyecta mejorar para otros.
Debemos marcar la diferencia y explicar así la razón por la que Dios nos ama siendo tan imperfectos: porque sabe lo que podemos llegar a ser si decidimos superar esas imperfecciones y crecer como personas, como los seres inteligentes que Él nos creó para que seamos.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.