Vivimos rodeados de imágenes que nos dicen cómo debemos lucir si queremos ser amados y aceptados. Pero estos estándares de belleza son imposibles de alcanzar y lo único que producen es que las personas se sientan más y más inconformes con su apariencia. La idea del cuerpo ideal ha cambiado durante la historia, y en cada etapa, las personas han tratado de encajar en esos moldes. Entonces, ¿por qué no aceptamos nuestra apariencia en vez de querer ajustarnos a la concepción de los demás?
Cuando no estás conforme con tu cuerpo, amarlo puede resultar un poco difícil al principio. No obstante, esta es una decisión personal. Nadie más puede hacerlo por ti. Si estás listo para comenzar, entonces practica lo siguiente.
Cómo amar tu apariencia
1. Piensa en la historia de tu cuerpo
Cada cicatriz o marca, por más pequeña que sea, es parte de tu historia. Puede que estas te traigan recuerdos y que algunos sean más agradables que otros, pero en conjunto, todos esos rasgos son parte de ti.
En lugar de querer esconderlo o sentirte avergonzado por ellas, comienza a verlas como un símbolo de valentía y como un recordatorio de lo lejos que has llegado.
2. Aprecia las partes que te gustan
Es muy sencillo hacer una lista de las cosas que te desagradan sobre ti, pero ¿qué tal si haces una sobre lo que te gusta?
Nadie puede decir que todo está mal en su cuerpo; de hecho, al hacer esta afirmación estás rechazando a tu Creador. Así que, separa un tiempo y mírate al espejo para destacar todas las partes que te gustan. Poco a poco descubrirás que eres más hermoso de lo que crees.
3. Evalúa si debes hacer cambios
El cuerpo el es resultado del estilo de vida. Si tienes malos hábitos que debes cambiar, comienza a hacerlo desde ahora.
Una parte importante de amar tu apariencia es cuidar de tu cuerpo por razones de salud y bienestar, más allá de la apariencia. Verás que esta motivación es más duradera y te ofrecerá mayor satisfacción que si lo haces por razones estéticas.
4. Deja de compararte
No eres igual a los demás, por lo tanto, no esperes lucir igual que el resto. En lugar de observar lo que tienen otros, empieza a verte como un ser al que Dios ha creado y que no necesita la aprobación de un público.
Si no te amas como eres, no esperes que otros lo hagan. Si Dios hubiera creado a todos los seres humanos de la misma manera; entonces nadie podría exaltar a su Creador con su belleza única.
5. Acepta la forma de tu cuerpo
Hombres y mujeres tienen cuerpos con formas distintas formas. Algunos han comparado estas siluetas con formas geométricas, y ese es un buen método de comprender cómo puedes vestir tu cuerpo. Hay prendas específicas que van mejor con cierto tipo de cuerpo, y debes aprender a descubrir cuáles son. No te fuerces a utilizar algo que no te favorece; en lugar de eso, resalta tus mejores atributos y siéntete a gusto con lo que utilizas.
6. Disfruta de tus pasatiempos preferidos
Para amar tu apariencia debes concentrar tu atención en distintas áreas de tu vida, y no solo en cómo luces. Recuerda que la actitud dice más de una persona que la forma en que se ve.
Si comienzas a actuar positivamente, esto se verá reflejado en tu sonrisa; y no hay mejor atuendo que la alegría plasmada en tu rostro.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.