Es triste ver personas con amargura y que no saben ser felices. Se regodean muchas veces en su dolor y alimentan el resentimiento por todo el daño que les pueden haber hecho. Recuerdan con detalle la manera cómo les hicieron sentirse mal, sin valor o a aquellos que rompieron su corazón.
Para todo problema hay solución. Nosotros podemos elegir cómo reaccionar ante agresiones, ataques y vejaciones. Aprendamos a dejar la amargura y ser felices. Todos hemos sido víctimas de maldades alguna vez, pero necesitamos hacerles frente de manera inteligente.
Quienes nos hacen daño pueden hacerlo accidentalmente. Otras veces puede ser con intención y hasta sin darse cuenta. Es posible que hagan un comentario que nos hiere por alguna razón que tal vez ellos desconocen. Tienes que analizarlos. No dejes que te amarguen o te impidan ser feliz.
Otras personas van por el mundo haciendo daño porque han sufrido vejaciones y falta de amor. Eso no los justifica, — porque no todos los seres humanos que han pasado por esas situaciones reaccionan así—; pero esa puede ser una de las causas por las que lo hacen.
La clave para dejar la amargura es nuestra actitud
Si buscamos la manera inteligente de comportarnos podemos sentirnos tranquilos y no reaccionar. La reacción a veces es inevitable. Pero si nos tomamos el tiempo de pensar primero, buscar la razón por la que alguien nos está haciendo o nos hizo daño, tendremos otra perspectiva. Es una manera de dejar la amargura y ser feliz.
Lo importante es la actitud con la que recibamos las situaciones adversas que se nos presentarán durante nuestra vida: Las actitudes agresivas de ciertas personas o las palabras hirientes de otras. No debemos tomarlo personal. Si sabemos que su agresión no es por nosotros, el problema es de ellos.
Tienes que expresarte
También es esencial hacer saber que te desagrada que te traten mal. Hay muchas maneras de hacerlo sin ser agresivos. Busca maneras civilizadas, inteligentes de decir las cosas sin activar más agresión. Una manera puede ser esperando un tiempo antes de hablarles. Así no das pie a la amargura y será más fácil ser feliz.
El perdón verdadero es el mejor remedio contra la amargura
Ya luego de hablar, lo que tienes que hacer es perdonarlos de corazón. El perdón es el mejor remedio para dejar la amargura y el resentimiento y ser feliz. Cuando perdonas, no necesariamente olvidas, pero sí decides no regodear tus pensamientos y sentimientos en el malestar que te causaron.
Muchos sienten que perdonar es reconocer derrota. No es así. Perdonar te hace crecer espiritualmente, porque saca lo desagradable y doloroso de tu ser. Te permite sentir victoria porque te quitas el peso que da cargar con tu animosidad y rencor.
Para ser feliz tienes que ser agradecido
Por otra parte, para ser feliz tienes que vivir en constante actitud de agradecimiento. El agradecimiento nos enfoca en lo que tenemos, en lo que hemos logrado y las cosas que nos han salido bien. Lo contrario nos lleva a preocuparnos y a ser infelices. Es clave para dejar la amargura y ser feliz.
El agradecimiento nos hace vivir en humildad, porque no nos sentimos que todo lo hemos hecho por nuestra propia fuerza. Para todo se necesita colaboración, cooperación y muchos intervienen en que los proyectos se den. Por tanto, reconocer el aporte de otros, nos da humildad. Dios ama la humildad y el agradecimiento.
Con Dios tenemos que estar agradecidos en todo momento, por ser nuestro Creador, por Su inigualable amor y misericordia para con nosotros y por Su perdón. Estar conscientes de que somos creación de Dios y Su gran amor, nos debe quitar toda amargura y nos permite vivir felices.
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El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.