¿Alguna vez has recibido un comentario negativo que te ha herido? A menudo, las críticas nos duelen y se quedan en nuestro pensamiento por más tiempo que los comentarios positivos. Y esto tiene una explicación científica.
La ciencia afirma que es cierto que la crítica tiene más impacto que un halago, y es porque tiene repercusiones en nuestra biología. Recibir un comentario negativo afecta nuestro cerebro y se queda por más tiempo que una alabanza.
¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando alguien nos critica?
El cerebro segrega cortisol en momentos de estrés; y cuando alguien nos critica, rechaza, insulta o se burla de nosotros, nuestro cuerpo se pone en modo alerta y experimenta estrés. La secreción del cortisol genera liberación de glucosa.
Ahora, nuestros recuerdos están muy ligados al sentimiento del momento; esto quiere decir que cuanto más emociones tengamos, el recuerdo quedará grabado en el cerebro con mayor intensidad.
Y debido a que el estrés es una emoción fuerte, cuando alguien nos critica, ≪los procesos del hipocampo y la amígdala reviven de nuevo y terminan enriqueciendo emocionalmente el recuerdo en cuestión y almacenándolo en un lugar más realzado≫. Es por dicha razón que nos duele que nos digan algo negativo y lo sigue haciendo incluso cuando pasa el tiempo.
¿Qué hay de los halagos?
Cuando alguien nos halaga no se produce cortisol, sino oxitocina, la cual nos hace sentir placer. Sin embargo, este placer no dura y tampoco tiene tanta fuerza. De hecho, el cuerpo lo elimina a los cinco minutos. En comparación, el cortisol permanece por una hora o dos, y por eso la crítica tiene más impacto y es dañino.
Las palabras tienen poder
Que la crítica tenga un mayor impacto que un halago no significa que debemos decir comentarios negativos. En realidad, la crítica solo genera cambios positivos cuando se da en un ambiente adecuado y se enseña una alternativa de salida. Por lo contrario, la crítica solo genera estrés a la otra persona y no le invita a cambiar.
Ahora que sabemos cuánto daño causan las palabras, es importante que seamos cuidadosos con lo que decimos; ya que, así como juzgamos a otros, también seremos juzgados.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
Burnett, D. (2019). El cerebro idiota (1era ed., pp. 134-141). Booket.